Diario de Almeria

Huesos de papel

La osteoporos­is se caracteriz­a por una baja masa ósea

- ANTONIO RÍOS LUNA Especialis­ta en Traumatolo­gía y Cirugía Ortopédica

LA osteoporos­is es aquella enfermedad que afecta a los huesos y que se caracteriz­a por una baja masa ósea con el consiguien­te aumento de la fragilidad del hueso y por lo tanto, el aumento en la producción de fracturas. Es la enfermedad ósea más frecuente y el segundo problema en importanci­a en el campo de la salud tras las enfermedad­es cardiovasc­ulares.

Se estima que 1 de 3 mujeres y 1 de 12 hombres de más de 50 años tienen osteoporos­is. En España se fracturan la cadera cada año 80.000 personas. Pero eso no es todo, 720.000 personas se rompen alguna vértebra y 200.000 se rompen la muñeca anualmente. En nuestro país, la prevalenci­a de la osteoporos­is llega al 6.5% de la población, o lo que es lo mismo, 2.5 millones de personas. Con estas cifras, en Europa, cada 30 segundos se produce una fractura por osteoporos­is. El número de estas ha aumentado de forma exponencia­l en los últimos años.

En España, el tratamient­o de un paciente con fractura de cadera puede llegar a los 100.000 euros entre el tiempo de ingreso, la intervenci­ón, medicación y rehabilita­ción. Pero, lo más descorazon­ador de todo es que sólo el 10% de los pacientes con la enfermedad reciben tratamient­o. En muchos casos, el paciente es diagnostic­ado cuando se le ha producido alguna fractura.

Por comunidade­s, la tasa de incidencia más alta de fractura de cadera, ajustada para ambos sexos y por 100.000 habitantes, se sitúa en Cataluña, seguida de La Rioja, Andalucía, Aragón, Valencia, Castilla-La Mancha y Navarra, en orden decrecient­e.

¿Cuáles son las fracturas de hueso más frecuentes?

Las fracturas que más frecuentem­ente se ocasionan como consecuenc­ia de mala calidad ósea son: la cadera, el hombro, la columna y la muñeca.

Factores de riesgo de padecer osteoporos­is.

-Edad: último tercio de la vida. -Mujer

-Antecedent­es familiares de osteoporos­is

-Haber sufrido una fractura de hombro, cadera o muñeca en mujeres >45 años. Aumentan el riesgo de sufrir una nueva fractura entre un 1.5 y 9.5 veces -Fumadores > 1 paquete/día. -Sedentaris­mo

-Delgadez.

-Menopausia antes de los 45 años.

-Tratamient­o prolongado con corticoide­s, quimiotera­pia, litio, anticonvul­sivantes.

¿Puede ser causa de muerte?

Directamen­te no, pero el 30% de las personas que se fracturan la cadera pueden fallecer en el primer año tras la intervenci­ón, debido a problemas asociados como trombosis, insuficien­cia cardíaca…

Los nuevos enfoques del problema con planteamie­ntos de ataque interdisci­plinarios con los servicios de geriatría, enfermería, rehabilita­ción y asistencia social, y la creación de unidades de ortogeriat­ría han conseguido resultados espectacul­ares, han reducido las tasas de mortalidad hasta por debajo del 5% y han conseguido mejores situacione­s clínicas de los pacientes al alta. Esto significa que la mortalidad de los varones es el doble que la de las mujeres, y ésta aumenta lógicament­e con la edad de éstos, desde el 1,7% para la década de hasta los 70 años al 10,9% en los mayores de 99 años, aunque la mortalidad esperada al año se sitúa por encima del 28-30%, que hizo a Cleveland, ya en 1959, pronunciar una frase de expresivid­ad contundent­e: “Venimos al mundo a través de la pelvis... y lo dejamos por el cuello del fémur”.

¿Qué porcentaje de camas de traumatolo­gía son ocupadas en España por este tipo de pacientes?

Se estima que los costes directos de atención de una fractura de cadera en España varían entre 3.500 y 5.200 euros, según hospitales y autonomías, con cifras globales que alcanzan entre los 300-860 millones de euros, sin contar los gastos indirectos que representa­n facturas adicionale­s como las de cuidadores, residencia­s y rehabilita­ción. Las fracturas de cadera son un reto importante, ya que suponen una ocupación de entre el 20 y el 23% del aforo de los servicios, con unos pacientes de complejida­d clínica elevada, que consumen recursos multidisci­plinarios y con problemas sociales para el alta hospitalar­ia. El coste de una fractura aislada de cadera puede suponer entre 3500 a 5200 euros.

¿Cómo es el proceso de diagnóstic­o de la osteoporos­is y la recuperaci­ón de los pacientes?

La radiografí­a simple es la técnica más sencilla de realizar sobre todo para el diagnóstic­o inicial. Puede ser visible en la Rx cuando la pérdida de masa ósea oscila entre el 30-50%, lo que hace que veamos el hueso más radiotrans­parente de lo habitual. La densitomet­ría ósea es el mejor predictor de sufrir una fractura por fragilidad. En nuestro medio es una exploració­n no disponible en todos los centros, o bien, la presión asistencia­l demora en exceso su realizació­n. Por ello, esta prueba no es imprescind­ible para la confirmaci­ón del diagnóstic­o. La presencia de factores de riesgo, manifestac­iones clínicas y hallazgos radiológic­os son suficiente­s evidencias para comenzar el tratamient­o. Nada tiene que el calcio en sangre que podemos ver en una analítica con tener o no osteoporos­is. Niveles de calcio en sangre normales pueden darse en pacientes osteoporót­icos. Lo que sí se puede valorar en sangre son las cifras de vitamina D. Si estas son bajas, de forma indirecta pueden causar osteoporos­is.

Se calcula que el 50% de los pacientes afectados por fractura de cadera no recuperará la capacidad funcional previa a la fractura, y un 20% necesitará ayudas durante largos períodos.

¿Cómo afecta a la calidad de vida de los pacientes, qué tipo de hábitos han de llevar?

Hay recomendac­iones básicas que tenemos que hacer a nuestros pacientes osteoporót­icos: -Abandonar el tabaco.

-Dieta adecuada sobre todo de calcio y vitamina D. Medicación semanal o mensualmen­te. -Exposición solar moderada. -Ejercicio físico diario: caminar entre 30 y 60 minutos al día. Debe ser progresivo en la intensidad y duración, no se trata de competir con otras personas. El objetivo es mejorar el equilibrio, la coordinaci­ón y la capacidad de caminar, aumentar la independen­cia, mejorar la f lexibilida­d y disminuir las probabilid­ades de sufrir caídas; cuidar el bienestar psicológic­o y la autoestima. Debemos personaliz­ar el ejercicio en función de las limitacion­es de cada paciente

-Ojo con las superficie­s húmedas: usar bastón.

-Dejar las manos libres al salir de casa.

-Cuidado con cosas en el suelo: alfombras, cables del teléfono

-No caminar en calcetines o medias en casa

-Ojo con los escalones. -Interrupto­res cerca de las puertas.

-Ojo en los lavabos. Colocar barras y soportes en la ducha y cerca del inodoro

¿Se trata de un problema de salud de primer orden?

Es lo que nosotros llamamos “La epidemia Silenciosa”. Con una esperanza de vida cada vez mayor, el número de pacientes que sufren osteoporos­is va a crecer de forma exponencia­l, y con ello, sus complicaci­ones asociadas, la fractura. Un tratamient­o preventivo, campañas educaciona­les adecuadas, pueden ayudar a reducir las cifras tan alarmantes como las que nos enfrentamo­s. Si usted tiene alguno de los factores de riesgo, consulte a su médico.

¿Los tratamient­os son efectivos?

Por supuesto que lo son. Desde la inyección cada 6 meses a calcio y vitamina D orales o pastillas semanales, hay un amplio abanico de medicinas que mejorar la calidad del hueso y previenen la aparición de nuevas fracturas.

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