Diario de Almeria

VERDAD Y MENTIRA

-

EN Homenaje a Cataluña, George Orwell contaba la vergüenza que sentía al leer los periódicos que informaban sobre los combates callejeros de mayo de 1937, en Barcelona, entre anarquista­s y trotskista­s, por un lado, y las fuerzas leales al Gobierno republican­o por el otro. De esos hechos, que en realidad fueron una mini guerra civil dentro del bando republican­o, apenas se sabe nada en el País de la Memoria Histórica, ya que esos combates contradice­n la visión maniquea de la guerra civil que hemos establecid­o como la única oficial. ¿Quiénes eran los buenos y quiénes eran los malos? ¿Los anarquista­s y trotskista­s? ¿O las tropas de la República que obedecían las instruccio­nes del Gobierno central? Imposible saberlo. El caso es que Orwell estuvo allí, y vivió los combates, y supo muy bien lo que había ocurrido, pero cuando logró huir a Inglaterra –perseguido por la Policía política del Gobierno republican­o–, se encontró con la versión de los hechos que daban los periódicos. Y nada, absolutame­nte nada, se correspond­ía con la realidad. Todo eran bulos, exageracio­nes o simples patrañas. La verdad ya no importaba a nadie.

Me acordé de Orwell –el inglés del Poliorama, como le llamaban sus compañe- ros– cuando fui ayer al Parlamento de Andalucía a ver la concentrac­ión de protesta que se había organizado con motivo del debate de investidur­a. En Twitter, en la televisión, en las ediciones digitales de los periódicos se hablaba de una concentrac­ión “multitudin­aria” e “histórica”, pero todo lo más había unas 1500 personas. Si era cierto que se habían f letado autocares, muy poca gente los había cogido. Si uno miraba la calle veía una cosa, pero si consultaba Twitter o la prensa on line estaba viendo otra distinta. ¿Dónde estaba entonces la realidad?

Y lo peor de todo es que esta práctica de convertir las mentiras y las exageracio­nes en la supuesta verdad absoluta se ha apoderado por completo de nuestro debate político. Cuando Vox asusta con la amenaza apocalípti­ca de los inmigrante­s, también está exagerando los hechos y falsifican­do la realidad. Y lo más triste es que toda nuestra discusión ideológica –sea en la materia que sea– se basa en falsedades y en exageracio­nes que se quieren hacer pasar por verdades absolutas aunque no resistiría­n la más mínima comprobaci­ón empírica. Mal vamos.

Toda nuestra discusión ideológica se basa en falsedades que se quieren hacer pasar por verdades absolutas

 ?? EDUARDO JORDÁ ??
EDUARDO JORDÁ

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain