El legado de humildad y trabajo de sus padres
De rostro afable y conversación agradable, Juan José Bonilla defiende su procedencia humilde y el carácter honrado y trabajador de su familia. Casado y con dos hijas de 11 y 3 años, cuenta con orgullo que “mis padres apostaron siempre porque tanto yo como mis hermanas estudiáramos, que no solo fuéramos agricultores. Se sacrificaron mucho para ello y lo consiguieron”. Originarios de cortijos de Albondón y Murtas, los padres de Bonilla se instalaron en 1975 en El Ejido “para buscar una vida mejor para ellos y sus hijos”. Él nació al año siguiente. Cuando su padre fue asesinado aún era universitario. Conoció a su mujer en la Universidad y en 2006 contrajeron matrimonio. Hoy, trabaja codo con codo con ella en el despacho de abogados que dirigen, dedicado a cuestiones civiles y penales.