Optimismo en la Junta porque sus previsiones se están cumpliendo
● Aunque el pico de enfermos en las UCI se producirá la semana próxima, el consejero de Salud sostiene que hay capacidad de respuesta ● “Se están haciendo las cosas bien”, dice
“Andalucía está haciendo las cosas bien”. El consejero de Salud, Jesús Aguirre, mostró ayer su optimismo ante la evolución de la pandemia en la comunidad. Y no es que los datos no sean graves –hay 144 muertos–, sino que el avance del contagio se encuentra dentro del encuadre que había previsto la Administración autonómica. Hay camas suficientes, tanto en los hospitales como en las UCI, aunque siguen faltando material de seguridad y test. El Gobierno andaluz cuenta con dos planes de contingencia, para 9.000 y 15.000 infectados. A la cifra primera se llegará la próxima semana, cuando se produzca el pico de enfermos en los hospi
Es posible que en los próximos días se llegue a los 9.000 infectados
tales. Ayer había 1.843 personas en los hospitales y casi el mismo número de pacientes se están curando en sus casas.
El consejero generalizó ese “Andalucía”, cuando hablaba de que “las cosas se están haciendo bien” también se refería a los sanitarios y a la sociedad andaluza, responsable del seguimiento del confinamiento y de dejar libres los hospitales para los casos graves.
Aguirre y el vicepresidente de la Junta, Juan Marín, comparecieron en una rueda de prensa después de la reunión del comité de crisis. Los datos de ayer fueron buenos, porque muestran un crecimiento del 11,6%, aunque hay una distorsión estadísticas. El recuento se cerró tres horas antes, por lo que hay casos que saltarán hoy; a pesar de eso, no hay avalancha, día tras día la curva se aplana en la comunidad. “Los datos nos hacen tener esperanza”, indicó Marín.
Lo que está fallando en Andalucía, como en el resto de España, es la falta de test, lo que está provocando una grave distorsión de la percepción de la realidad de la pandemia. En la comunidad se han hecho, hasta ahora, 18.592 test del tipo PCR, y la gran mayoría entre el personal sanitario. Los test rápidos que iba a enviar el Ministerio de Sanidad aún no se han recibido, entre otras razones porque se han tenido que devolver partidas inmensas a causa de ser defectuosos.
Por eso cobra importancia el seguimiento de los ingresados y de los encamados en UCI. El crecimiento de éstos también viene bajando en las últimas horas. Eso es lo positivo y lo que le hace pensar al Gobierno andaluz que el sistema no colapsará. Hay que considerar que muchos enfermos, tantos como hospitalizados, se están curando en sus casas. El personal del SAS llama a cada una de estas personas varias veces al día. Aguirre explicó a todos ellos que cojan el teléfono cuando suene, aunque en la pantalla aparezcan números largos o reservados, porque es muy posible que sean sus cuidadores telemáticos.
Los diversos teléfonos de la Junta relacionados con la pandemia han recibido 3,1 millones de llamadas desde el 25 de febrero. Esta masiva colaboración de la sociedad andaluza está haciendo que los posibles infectados se estén testeando de modo personal y que, a su vez y lo que es más importante, no estén acudiendo ni a los centros de salud ni a los servicios de urgencia.
El problema con los equipos de protección individuales (EPIS) es similar al de los test. La Consejería ha repartido cerca de un millón de mascarillas de tres tipos, otro tanto de guantes y 34.700 protecciones faciales, pero aún así no son suficientes. Lo que no faltan, de momento, son los respiradores, aunque en Málaga van a comenzar a fabricarse nos modelos para dejarlos en reserva. Son los que anunció el jueves el consejero de la Presidencia, Elías Bendodo.