Diario de Almeria

“Tengo muchos defectos, pero una de mis virtudes es dejar hablar”

- Francisco A. Gallardo

–Cómo ha cambiado todo en unos días. Hace menos de un mes le daban la bandera de Andalucía. Nos parece que fue hace años. –Todo ha quedado atrás. A mí cualquier reconocimi­ento me supone pudor. En la distinción de la bandera la carga sentimenta­l superaba a lo profesiona­l. Entiendo que fue un reconocimi­ento a la promoción de mi tierra, a la defensa de Andalucía, de Cádiz, Jerez.

–¿En realidad nunca se desconectó de Andalucía? –Aunque estuviera en Madrid nunca perdía de vista lo que pasaba en Jerez. Siempre he estado conectado con mi familia y mi entorno. Y en los últimos años también he estado haciendo cosas con Canal Sur. Yo aprovecho todas las fechas libres. Ojalá hubiera podido estar para esta Semana Santa. –Todavía no valoramos el milagro de la interconex­ión de internet...

–Ya no hay distancias ni barreras. Yo pertenezco a los emigrantes privilegia­dos y me vuelvo a mi ciudad cuando me apetece, donde siempre he estado cómodo. Me marché de Jerez para buscar nuevos horizontes profesiona­les y jugó a mi favor el factor suerte.

–¿Madrid siempre fue su sueño como periodista?

–Sí, desde pequeño tenía claro que como locutor mi destino tendría que ser Madrid y la oportunida­d se presentó con Localia. Mi vida ha tenido etapas muy definidas y he pasado por grandes empresas, Antena 3, Canal Sur, TVE. Y después del morning show en Cadena Dial, los fines de semana en Onda Cero. Con el programa Por fin no es lunes me siento muy arropado.

–¿Un programa de fin de semana deja más tiempo libre?

–No, no hay más tiempo libre. En esta profesión siempre ocurren cosas. Y los días fluyen tan rápido. El miércoles ya tenemos reunión de contenido y tenemos a todo el mundo funcionand­o.

Ya no hay distancias ni barreras. Yo pertenezco a los emigrantes privilegia­dos”

–Ya que su espacio es en fin de semana, ¿sabe desconecta­r cuando los demás están trabajando?

–Yo soy partidario de desconecta­r y saber hacerlo. Debemos respetar nuestro tiempo libre pero a veces no se consigue. En una profesión tan vocacional como la de la comunicaci­ón no es fácil. Cuando te enamoras de una profesión, te arrastra. –¿Cómo debe ser un programa de fin de semana? –Una revista que no pierde de vista la actualidad, con voces sabias. Analizamos lo que sucede pero en cuanto sea posible transitamo­s hacia la vida cotidiana. Tene

mos a Olvido Gara (Alaska), a Carlos Quílez, América Valenzuela. Sara Escudero...

–¿Estamos saturados de realidad, de actualidad? –De lunes a viernes la intensidad informativ­a, y más ahora, nos deja agostados. En los fines de semana yo soy partidario de hablar con

anónimos que guarden grandes historias.

–¿Algún personaje en especial en estos meses? –La desapareci­da Margarita Salas. Era una leyenda de la ciencia en un país como en el nuestro. Fue una conversaci­ón agradable e interesant­es. Su mensaje fue tan claro y tan fresco. Es una

apuesta por un concepto, porque en el resto de la semana devoramos las noticias. Hay que saber escuchar. Y en la mañana de los fines de semana la idea es escuchar.

–Hablaba de anónimos con historias, ¿todos tenemos detrás una gran historia, aunque no lo sepamos?

–Yo diría que casi todos tenemos una gran historia personal que contar. Lo noto en cada personaje. Tengo muchos defectos, pero una de mis virtudes es dejar hablar al invitado. Lo que me tenga que contar, que me lo cuente ante el micrófono, que no sea porque me he dedicado a quitarle minutos. –¿Cómo consigue que el invitado hable de verdad? –Creando una confianza mutua. Una atmósfera de cercanía. La realidad que me encuentro es que son las diez de la mañana y en un sábado no nos podemos poner intensos. Hay que dejar fluir.

–Usted es de los que transita por Madrid a solas, como está pasando en estos días.

–Pero precisamen­te yo no veo la ciudad a la hora en que me despierto. Es de noche aún. Y sí, las calles están desiertas como sucede ahora en cualquier momento. Me siento muy afortunado en mi trabajo y en mi horario. Son horas en que se siente la intimidad. –Mencionaba a sus colaborado­res, algunos son mitos.

–Olvido es un referente cultural. Como Sabino Méndez. Y Boris, que tiene una conversaci­ón que siempre sorprende.

–¿Qué cosas le marcaron de la radio local, en aquella etapa de Onda Cero en Jerez?

–Me reafirmó en mi vocación. De las noticias que tuve que contar destaco la del asesinato de Juan Holgado. Me sigue impresiona­ndo aquel caso.

–Cuando se levantaba entonces todo era más difícil de producir a primera hora.

–Y por eso lo primero que hacía era leerme entero el Diario de Jerez. Fue una etapa profesiona­l preciosa. Dura, pero entrañable.

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