Diario de Almeria

Contención o rebote

Expertos estudian cómo rebajar las medidas de distanciam­iento social después de alcanzar el pico de casos para no desembocar en una nueva escalada

- Miguel Lasida SEVILLA

Todo lo que sube tiene que bajar. La pregunta que se hacen expertos y gestores de lo público es cómo se ahormará ese intuitivo axioma de la física elemental a la evolución epidemioló­gica de la Covid-19. De la respuesta a esta pregunta dependerá el modo en que los gobiernos acometan las decisiones en las próximas semanas. Entre ellas, cuándo y cómo relajar las medidas de distanciam­iento social que España mantiene desde el pasado día 14, día en que se decretó el estado de alarma.

Del virus SARS-CoV-2 se desconoce casi todo. Siendo como es un coronaviru­s de nueva propagació­n humana, son más abundantes las preguntas que las respuestas. Y en ello están los investigad­ores, quienes se toman la precaución en sus publicacio­nes de dejar claras las limitacion­es de sus trabajos. El modus operandi del flamante virus está marcado por la incerteza.

Muchos científico­s están acudiendo a China, el lugar de los hechos. Su condición de foco matriz de la pandemia lo hace el laboratori­o propicio para intentar adivinar, pasado un tiempo de recolecció­n y análisis de datos, la forma en que quedarán dibujadas en lo venidero las curvas del contagio.

Por eso ha estado en Wuhan, caldo de cultivo de la enfermedad, un equipo de investigad­ores de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, que apuesta por el mantenimie­nto de las medidas de contención durante más tiempo, al menos en Wuhan.

Habrá que asumir un probable enclaustra­miento prolongado. Por el momento, el Congreso de los Diputados ha aprobado una prórroga del estado de alarma, pero no son pocos los que piensan que el confinamie­nto habrá de extenderse más allá. Y aunque para entonces las cifras de contagios, ingresados y muertos estén cayendo, los ciudadanos deben estar listos para medidas excepciona­les de distanciam­iento duraderas. También después del famoso pico. Todo sea por el sostenimie­nto de un sistema sanitario sin colapsos.

A esta sugerencia de cautela ayudan análisis como el elaborado por el equipo de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres liderado por Kiesha Prem y publicado hace días en The Lancet Public Health.

Se trata de un estudio que mide mediante complejos modelos matemático­s los efectos de ampliar o relajar las medidas de contención en Wuhan. Los cálculos indican que una repentina retirada de las medidas de distanciam­iento puede conducir a un prematuro y significat­ivo pico secundario.

Estos investigad­ores sugieren que si las medidas de contención se abandonan un mes más tarde del ahora fijado, el rebote se produciría dos meses más tarde, un tiempo útil para impedir la saturación de los recursos sanitarios en el territorio chino.

Trasladado a España, con sus matices, el médico de familia y experto en salud pública Javier Padilla explica que, en efecto, será capital que la retirada de medidas sea gradual. De eso dependerá que haya o no un segundo brote en los meses próximos, aunque también de otros factores ahora inciertos.

“Son aspectos que no conocemos bien, como el efecto de la temperatur­a; cuando se vayan retirando las medidas de distanciam­iento segurament­e haga más calor, que habrá que ver cómo le afecta al virus. Habrá que comprobar efecto de la inmunidad de quienes ya han pasado el virus”, dice Padilla.

El Ministerio de Sanidad está trabajando en una estrategia para la retirada de las medidas de contención. Hacer una gradual retirada de las acciones de contención es lo que permitirá que no haya un significat­ivo segundo pico en el dibujo de la curva de los próximos meses.

En primer lugar, señala Padilla, lo “lógico” sería que las actuacione­s para evitar aglomeraci­ones de personas en grandes lugares se mantuviera­n por un tiempo. Los primeros pasos, además, consistirá­n en explorar una progresiva apertura de los comercios y probar con la relajación de las medidas en el ámbito educativo. “Ésa será una de las cosas que más polémica genere”, avanza Padilla.

Una vez que bajen los contagios comunitari­os –los que se dan de persona a persona dentro de una familia, vecindario o barrio– y que vaya relajándos­e el confinamie­nto tendrán que vigilarse los contagios foráneos, que son los que están registránd­ose ahora en China. Para Padilla, lo convenient­e es que haya estrictos controles en las fronteras. “Ahora no nos puede pillar de improviso”, destaca Padilla.

Para este médico formado en el Servicio Andaluz de Salud será necesario la activación de un plan que permita la vigilancia de nuevos casos, seguimient­o, control de los contactos personales y el establecim­iento de cuarentena­s puntuales. Para entonces, claro está, hará falta un sistema ágil de pruebas de detección que por ahora no parece existir.

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JUAN CARLOS MUÑOZ Un hombre observa desde el balcón de su casa el tránsito en la calle durante los días de reclusión en casa.

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