De ‘La casa de papel’ a enfermera
La actriz extremeña Clara Alvarado ejerce por primera vez como enfermera en un hospital a las afueras de Madrid
La actriz Clara Alvarado, conocida por su papel de Ariadna Cascales en La casa de papel, ayuda contra la crisis sanitaria generada por el coronavirus en España como enfermera en un hospital madrileño.La intérprete madrileña, que tenía terminada la carrera pero nunca había ejercido, ha reconocido que esta experiencia está siendo “un golpe de realidad”. “Todo esto es muy diferente a cualquier cosa que haya vivido y, desde luego, no es ninguna película: no me tengo que imaginar nada”, apuntó la intérprete extremeña.
Tras la declaración del Estado de Alarma y la rápida propagación del virus, Alvarado se puso en contacto con una amiga para que, a su vez, hablara con distintos centros hospitalarios que necesitaran personal. La llamada no tardó en llegar y, hace cuatro días, cuando acudió a firmar el contrato, le solicitaron incorporarse.
“Tenía claro que no se podía mirar hacia otro lado y quería ir a un lugar donde pudiera ser útil, no a una UCI o una planta ultra saturada en la que mi inexperiencia podía ser un problema. Al final, encontré un lugar en el que poder desempeñar un buen papel y ayudar”, señaló la cantante de 29 años.
La también cantante se encuentra trabajando en un hospital a las afueras de Madrid y los problemas con los que se ha encontrado son los mismos que se suceden en centros hospitalarios de todo el territorio. “Entro mejor que salgo, no voy a mentir. Sobre todo, por ver la situación tan fuera de control que tenemos y no poder desempeñar cada uno su profesion al 100%”, reconoció la interprete.
“A mí me falta todavía mucha experiencia, pero sí estoy rodeada de héroes. No solo los sanitarios, también limpiadores, celadores, repartidores y todos los que se están exponiendo. Esto es una cosa de todos, no solo de los que están en primera línea”, añadió la protagonista de Yo quisiera (Divinity).
AUNQUE algunos indicios apuntan a la posibilidad de la ingesta de un murciélago u otra alimaña en China, pudiera ser la causa del nuevo coronavirus COVID-19 y además por las redes sociales ya circula una lista de alimentos que podrían contagiar esta enfermedad, lo cierto a día de hoy es que nada de eso se ha podido confirmar.
Lo único cierto es que la máxima autoridad en seguridad alimentaria para Europa, la EFSA), publica en su página web el 9 de marzo un comunicado esclarecedor en el que se indica que ante la evidencia científica actual los alimentos no son una fuente probable o vía de transmisión del COVID-19.
Marta Hugas, que es la científica en jefe de la EFSA ha declarado: “Las experiencias de brotes anteriores de coronavirus relacionados, como el coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV) y el coronavirus del síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS-CoV), muestran que la transmisión a través del consumo de alimentos no se produce. Por el momento, no hay evidencia que sugiera que el coronavirus sea diferente a este respecto”.
El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) ha dicho que, si bien los animales en China fueron la fuente probable de la infección inicial, el virus se está propagando de persona a persona, principalmente a través de gotitas respiratorias que las personas estornudan, tosen o exhalan.
Los científicos y las autoridades de todo el mundo están monitoreando la propagación del virus y no ha habido informes de transmisión a través de los alimentos. Por esta razón, EFSA no está participando actualmente en las medidas tomadas respecto a los brotes de COVID-19. Sin embargo, están comprobando exhaustivamente la literatura científica para obtener información nueva y relevante.
Con respecto a la inocuidad de los alimentos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido recomendaciones de precaución que incluyen consejos sobre el seguimiento de buenas prácticas de higiene durante la manipulación y preparación de alimentos, como lavarse las manos, cocinar la carne a fondo y evitar la posible contaminación cruzada entre alimentos cocinados y no cocinados. Pero no porque se prevea dicho contagio, sino simplemente como medidas profilácticas.