Manuel Falcó, el nuevo marqués de Griñón
El primogénito de Carlos Falcó, hijo de su primera mujer, Jeannine Girod, está casado desde 1999, es padre de tres hijos y trabaja como ejecutivo en Londres
Carlos Falcó, el quinto marqués de Griñón y padre de la mediática Tamara, falleció el pasado día 20 y ahora todas las miradas apuntan a su primogénito, Manuel, de 55 años, quien está llamado a ser el nuevo marqués de Griñón y de Castel-Moncayo... en el caso de que acepte este título pues la relación con su padre se había enfriado en los últimos tiempos, sobre todo a raíz de su boda con su última mujer, la polémica Esther Doña.
Manolo, el mayor de los cinco hijos de Carlos Falcó, es fruto de su primer matrimonio con Jeannine Girod. La ex pareja también tuvo a Xandra, que tiene 50 años y gestiona Dominio de Valdepusa, la marca que comercializa los vinos y aceites de oliva de la empresa familiar.
El futuro marqués de Griñón, que siempre se ha mantenido al margen de la vida pública como su hermana Xandra, nació en California en 1964, aunque sólo pasó allí sus primeros seis meses, ya que sus padres se trasladaron muy pronto a Madrid. Estudió Administración y Dirección de Empresas y se casó en 1999 con Amparo Corsini Montero, madre de sus tres hijos: Carlos, Manuela y Mariana. Actualmente vive con su familia en Londres, concretamente en Chelsea, donde ejerce de directivo en la City de Londres, el distrito financiero más importante del mundo.
“Por trabajo y familia sigue viniendo mucho a España. Como sabes ha estado muy vinculado siempre al negocio de su padre. Le gusta mucho el campo y la caza. De vinos seguro que entiende también”, ha declarado una fuente cercana a la familia al portal de noticias del corazón Vanitatis, web que destaca que “Manuel es muy celoso de su vida privada”.
Sobre la relación con su padre, la misma fuente asegura que a pesar de todo era cordial y, aunque se parecían en muchos aspectos de su forma de ser, en otros eran muy diferentes, fundamentalmente en lo que respecta a proteger su intimidad. De ahí que Manuel nunca viera con buenos ojos la relación de su padre con Esther Doña: “Sobre todo se encontraban en el campo, en las salidas de caza que tanto les gustaba a los dos, también en los vinos, pero él era bastante crítico con Esther Doña y ahí tuvieron algún enfrentamiento”, concluye.