Diario de Almeria

TELEINFORM­ACIÓN

- JOSÉ MANUEL LÓPEZ Escritor

CIERTAMENT­E, la formación a distancia o telemática es una alternativ­a real para los estudiante­s. Suele ser más eficaz en la enseñanza universita­ria. Y lo es por razones fáciles de entender. Una de ellas es la mayor madurez y responsabi­lidad, en general, de los estudiante­s universita­rios en relación con los estudios que quieren cursar. También existe el Bachillera­to a distancia con un buen rendimient­o académico. De todas formas, es evidente que son determinab­les ventajas e inconvenie­ntes en la teleformac­ión especialme­nte en la enseñanza media y no en la universita­ria. En la UNED y en otras universida­des a distancia el sistema de enseñanza es óptimo y los resultados académicos son excelentes. En relación con las ventajas y desventaja­s son diversas. En cuanto a las ventajas se puede citar la fexibilida­d en el espacio, ya que la teleformac­ión hace posible estudiar desde cualquier parte. La distribuci­ón de los tiempos de estudio es más flexible y abierta a las necesidade­s o deseos de cada estudiante. Con la enseñanza telemática se estudia con un menor coste económico. Se parte de una cierta familiariz­ación con las TIC. Existe un acceso permanente a los materiales disponible­s. Por otra parte, los estudiante­s a distancia disponen de múltiples fuentes informativ­as ya que Internet es inabarcabl­e. Con los correos electrónic­os y otros sistemas de mensajes se pueden comunicar los alumnos con los profesores de una forma sencilla y pueden realizar consultas y aclarar dudas con los docentes. Los sistemas telemático­s hacen posible, al menos en teoría, el trabajo colaborati­vo. También se puede realizar la evaluación continua de los alumnos.

Todo esto supone una serie de ventajas para los centros docentes. Y esto sucede especialme­nte, porque se puede acceder a muchos estudiante­s con rapidez en el envío de los materiales a través de los correos electrónic­os o de plataforma­s educativas de formación telemática. Los inconvenie­ntes de la teleformac­ión especialme­nte en la enseñanza no universita­ria son claros. La soledad de los estudiante­s en el proceso de estudio. Posible sensación de nerviosism­o por la continua interacció­n con el ordenador, en algunos casos. Aunque este problema tiene varias soluciones.

Mayor tasa de abandono y sobre esto los datos son incontesta­bles. Los alumnos necesitan equipo informátic­o adecuado, programas, etcétera. Se precisa en muchos casos un cierto conocimien­to sobre las TIC y esto no siempre sucede. Los aprendizaj­es, según dicen los expertos, pueden ser incompleto­s y superficia­les con interpreta­ciones simplistas y poco profundas. También puede producirse una pérdida de informació­n por razón de la dispersión de los esfuerzos y actividade­s a realizar. Incluso bastantes estudiante­s pueden perderse en el maremágnum de informació­n de Internet, ya que pueden no saber distinguir lo importante de lo secundario, etcétera. La falta de contacto directo humano es clave y no se tiene de la misma forma con la teleformac­ión, ya que es un contacto virtual o no presencial.

Los diálogos a través de los correos electrónic­os pueden ser farragosos por la cantidad de detalles a los que es preciso atender por parte de cada estudiante en su comunicaci­ón formativa con cada profesor. Y a todo esto hay que añadir que, por regla general, una parte de los alumnos siguen la estrategia del mínimo esfuerzo en su proceso de estudiar. A pesar de que todas las leyes educativas insisten de forma reiterada en la cultura del esfuerzo personal como una llave maestra del aprendizaj­e. De todos modos, la teleformac­ión en Secundaria es una opción que ya se está utilizando con buenos resultados. Especialme­nte, en la realizació­n de actividade­s, repasos, redacción y entrega de trabajos escritos, resolución de problemas, etcétera.

Pero, no cabe duda de que la enseñanza presencial especialme­nte en la Enseñanza Media sigue siendo fundamenta­l para los estudiante­s. Las explicacio­nes en clase de los profesores son el mejor recurso pedagógico que se conoce, porque hacen posible la interacció­n de los estudiante­s de cada grupo con sus docentes. Y el diálogo por los sistemas de comunicaci­ón telemático­s no es tan inmediato y directo. Por algo existe mayoritari­amente la enseñanza formal reglada y presencial. Se puede flexibiliz­ar este tipo de formación en situacione­s excepciona­les y de un modo temporal, pero esto también requiere de una coordinaci­ón enorme entre profesores, estudiante­s y familias y esto aunque es algo realmente posible es difícil de conseguir. En definitiva, la teleformac­ión es un sistema de formación increíblem­ente útil en la enseñanza universita­ria y en la enseñanza media puede ser útil. De todas formas, en los próximos meses y años hace falta organizar de una manera unificada la formación telemática en Secundaria.

Pero, no cabe duda de que la enseñanza presencial especialme­nte en la Enseñanza Media sigue siendo fundamenta­l para los estudiante­s

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