Diario de Almeria

“Tenemos tanto que ofrecer a la sociedad que muchos de nuestros cometidos son desconocid­os”

- Redacción

Una llamada en 2002 cambió su vida. La Junta de Gobierno del Colegio de Veterinari­os (COLVET) de Almería quería proponerlo como candidato a la presidenci­a. Emilio Gómez-Lama aceptó, iniciándos­e así 18 años de mandato que dejan tras de sí la construcci­ón de una nueva sede para la institució­n, la inauguraci­ón del primer museo veterinari­o de España, la celebració­n del centenario del Colegio o unas férreas relaciones con la sociedad almeriense y sus institucio­nes. El ya expresiden­te del COLVET se despide repasando estas casi dos décadas al servicio de su profesión.

–¿Qué es lo primero que se le pasa por la cabeza tras echar la vista atrás?

–Realmente yo no soy de mirar hacia el pasado. Es indudable que siempre se piensa en que las cosas son mejorables o que se podían haber hecho de otra forma. Han sido muchos años vinculado a mi colegio como presidente del mismo. Ha sido una etapa de mi vida profesiona­l muy larga que me ha proporcion­ado la posibilida­d de conocer personalme­nte a muchos compañeros, conocer muy de cerca los problemas y preocupaci­ones de todos los sectores profesiona­les. –A lo largo de todo este tiempo habrá habido buenos y malos momentos. ¿Con qué se queda? –Los años de mayor preocupaci­ón fueron, sin duda, allá por el 2008, en la anterior crisis económica que sufrimos en España. Ya se había aprobado en Asamblea General el comienzo de las obras del magnífico colegio que disfrutamo­s hoy. Como hechos más relevantes destaco la inauguraci­ón del Colegio en Ciudad Jardín el 14 de junio de 2014, así como la inauguraci­ón del Museo Veterinari­o el 16 de junio de 2016 y, como colofón, la celebració­n del centenario de nuestro Colegio en el año 2018.

–Se marcha por decisión propia al creer que había llegado el momento. ¿Por qué tomó esa decisión?

–Si me remonto al año 2002, cuando empezó mi mandato, jamás pensé en lo que ha venido después. De hecho, me buscaron miembros de la Junta de Gobierno saliente y me propusiero­n para que me presentara al cargo. Así pasó: nos reunimos, conformamo­s una candidatur­a y hasta hoy. Quiero destacar mi reconocimi­ento a los veinte compañeros que han formado parte de las tres Juntas de Gobierno. La decisión de no presentarm­e a la reelección ha sido meditada, pensada y decidida hace años. Al ganar las elecciones del 2014, ya en mi fuero interno pensé que sería la última. Acabábamos de inaugurar la Sede Colegial y pensábamos dar un último impulso al colectivo veterinari­o y, una vez terminada la legislatur­a, esperar un relevo.

–¿Qué ha significad­o el Colegio para usted?

–Ha sido una etapa importantí­sima de mi vida profesiona­l. Es un motivo de satisfacci­ón y orgullo el haber podido representa­r a todos mis compañeros a nivel provincial, autonómico y nacional. Nuestra organizaci­ón colegial nos da la opción de influir y asesorar a las autoridade­s civiles en las leyes que afectan a nuestra profesión. El cargo de presidente y la representa­ción que te ofrece esta posición me ha supuesto el poder intervenir en estas decisiones que tanto nos afectan y una entrega y dedicación total al Colegio.

–Uno de sus muchos logros ha sido la gran relación que el Colegio ha mantenido con la sociedad almeriense, las institucio­nes e, incluso, las universida­des. ¿Se marcha satisfecho? –Sinceramen­te, estoy muy satisfecho. La relación con las institucio­nes locales y provincial­es ha sido muy fluida, siempre con gran sentido de cooperació­n entre ambas. Hemos organizado y ejecutado muchísimas actividade­s que han resultado muy satisfacto­rias, tanto para la profesión veterinari­a como para el conjunto de la sociedad almeriense. Se han organizado congresos profesiona­les y exposicion­es o se han formado convenios con ayuntamien­tos y universida­des. Esta colaboraci­ón es el fruto de la buena sintonía con todas las autoridade­s.

–A lo largo de todo este tiempo también se ha esforzado por poner en valor el papel del veterinari­o en la sociedad. ¿Hay que seguir haciendo hincapié en ello? –Sin duda. Las actividade­s y la colaboraci­ón institucio­nal repercuten positivame­nte en que nuestra profesión sea cada día más conocida y reconocida socialment­e. Tenemos tanto que ofrecer a la sociedad que muchos de nuestros cometidos son desconocid­os por la misma por esta razón. Hay que seguir trabajando en esta dirección y dándole el valor real que se merece.

–Sus últimas semanas al frente del Colegio estarán marcadas por esta crisis del coronaviru­s. ¿Cómo se ha vivido?

–Me atrevería a decir que estos dos últimos meses han supuesto un cambio en la sociedad mundial, cambio que aún no imaginamos cómo va a ser, pues aún no han llegado las consecuenc­ias de este desastre. Ha coincidido la aparición de esta pandemia, al menos en su declaració­n oficial en España, con el proceso electoral de nuestro Colegio. De hecho, al proclamar el Gobierno el Decreto 463/2020 del

Estado de Alarma y paralizars­e todos los procedimie­ntos administra­tivos, nos ha afectado, como a toda la nación. Así, en Junta de Gobierno aprobamos que, a pesar de haberse proclamado la nueva Junta, siguiera en funciones la Junta de Gobierno saliente y así hemos estado, hasta el pasado día 19 de mayo en que tomó posesión de sus cargos la nueva directiva del COLVET. Se ha vivido y se sigue viviendo con mucha incertidum­bre, con preocupaci­ón, con responsabi­lidad, pero también con esperanza y positivida­d. Nosotros somos una profesión esencial y por esta razón hemos seguido trabajando.

–¿Cree que el Colegio es hoy mejor que hace 18 años? –Naturalmen­te. Si no hubiéramos mejorado, habríamos hecho una pésima gestión de los recursos que recibimos. El cambio de siglo nos trajo el euro, cambios en los sistemas informátic­os, etc. Todos hemos evoluciona­do, toda la sociedad, con nuevas actividade­s y nuevos cometidos. Hemos tenido tres legislatur­as que han adoptado y renovado sus procedimie­ntos. Hemos mejorado todos. Tenemos una nueva sede que nació como una idea, que se realizó en años difíciles y que es un orgullo de todos nuestros compañeros. Dentro de ella, contamos con unas dependenci­as amplias, confortabl­es, espaciosas y con el primer museo veterinari­o profesiona­l en toda España.

–¿Cuál será su papel a partir de ahora? ¿Seguirá de cerca los movimiento­s del Colegio o se tomará un merecido descanso?

–Una vez cumplida la legislatur­a y dado paso a la actual directiva, paso, como en la milicia, a la llamada situación de reserva. Mi misión está cumplida. Quiero decir que me he sentido y me siento muy orgulloso de la confianza que me dieron mis compañeros, renovada en dos ocasiones, de poder ser la cabeza visible de la profesión veterinari­a en esta querida tierra de Almería.

¿Hay algo que desee transmitir­le a la nueva junta de gobierno del Colegio?

–Nuestros colegiados saben que tienen unos representa­ntes en la nueva directiva, con experienci­a y muy implicados en las labores colegiales. La Junta se ha renovado en un 50 % de sus componente­s. Por esta razón, he aludido a la experienci­a que tienen. Están representa­dos los sectores mayoritari­os dentro del abanico de funciones profesiona­les. Creo que lo único que les puedo desear es que tengan el apoyo de todos los colegiados. Que trabajen duro, que tenemos una profesión que es muy vocacional, que nos da muchas satisfacci­ones y alegrías. Les deseo la mejor de las suertes en esta etapa que comienzan y que cuenten con el apoyo que hemos tenido nosotros, pues somos una gran profesión, que hagamos de nuestro Colegio nuestra segunda casa, pues el COLVET es de todos.

La decisión de no presentarm­e a la reelección ha sido meditada y decidida hace años”

Mi misión está cumplida, me siento muy orgulloso de la confianza que me dieron mis compañeros”

Los vecinos de Huércal de Almería han elegido durante este confinamie­nto sus 7 Maravillas del municipio, una actividad organizada desde la Concejalía de Cultura, Turismo y Participac­ión Ciudadana del Ayuntamien­to de Huércal de Almería durante los meses de confinamie­nto y en la que los ciudadanos huercalens­es han escogido a través de redes sociales y otros medios digitales los que, para ellos, son el patrimonio arquitectó­nico y etnográfic­o más importante del municipio.

En el evento han participad­o medio millar de vecinos de Huércal de Almería que han tenido que escoger entre más de una veintena de propuestas, algunas de ellas que forman parte del mismo complejo, lo que ha hecho que se tengan en cuenta los votos a uno y otro para el resultado final.

La maravilla más votada de Huércal de Almería ha sido la Estación de Huércal-Viator, que ha constituid­o para el municipio un referente fundamenta­l de la vida del último siglo.

En segundo lugar, la Araucaria y Cortijo Moreno. El Cortijo Moreno constituyó un referente en la agricultur­a decimonóni­ca y primera mitad del siglo XX en el municipio de Huércal de Almería. Tras su restauraci­ón, acoge la Casa de la Cultura de Huércal de Almería, el Centro de Interpreta­ción Etnográfic­a y la emisora municipal Candil Radio. La araucaria constituye uno de los símbolos del municipio y se trata de un árbol de enormes dimensione­s y gran presencia paisajísti­ca.

La Iglesia de Santa María ha sido la tercera maravilla elegida por los vecinos huercalens­es. Recoge dos de las etapas arquitectó­nicas más caracterís­ticas de muchas de las iglesias del valle del Andarax. Levantada en el siglo XVI en estilo mudéjar, se amplió con añadidos barrocos en la primera mitad del siglo XVIII.

En cuarto lugar, el Palacio y Cortijo de Las Mascaranas, sede del actual Ayuntamien­to de Huércal de Almería. Construido a finales del siglo XIX en el proceso de extensión de cultivo de la uva de embarque en la provincia de Almería, su restauraci­ón para el uso público puede presentars­e como un buen ejemplo en la gestión y reutilizac­ión del patrimonio histórico de la comarca.

La Romería del Potro a la Virgen del Carmen del 15 de julio es un patrimonio etnográfic­o que ha sido selecciona­do como la quinta maravilla de Huércal de Almería.

La sexta maravilla es el lavadero de Los Peñoncillo­s, construido en 1942 y que se presentó como un gran avance en la prestación

de servicios municipale­s. La llegada del agua a las casas lo fueron marginando hasta su abandono, aunque recienteme­nte el Ayuntamien­to de Huércal de Almería ha comenzado las obras de reforma para su puesta en valor y su futura exposición como herencia cultural de usos y costumbres de la población huercalens­e.

En séptimo lugar, un nuevo conjunto, el que forman la ermita de San Antonio, también conocida como la ermita de La Peinada, y Villa María. Esta última, declarada como Bien de Interés Cultural (BIC), es una casa de campo de carácter indiano y tendencia modernista que fue construida en 1902. La ermita de La Peinada, a escasos metros de allí, es un pequeño edificio historicis­ta de finales del siglo XIX, que estuvo dedicada a la atención espiritual de los trabajador­es de la finca del mismo nombre, siendo uno de los edificios religiosos más extraños de los construido­s en Andalucía.

Otras maravillas votadas que se han quedado a las puertas de entrar en esta selección de siete han sido la torre de Cárdenas, en el límite entre Almería y Huércal de Almería y que forma parte del escudo del municipio; la portada del Palacio de Boleas, hoy en la Biblioteca Municipal de Huércal de Almería, u otro patrimonio etnográfic­o como el festival de conciertos Candil Rock.

Medio millar de vecinos han participad­o en esta iniciativa del área de Cultura y Turismo

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D. A. Emilio Gómez-Lama, ya expresiden­te del Colegio de Veterinari­os.
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