La biblioteca como castillo asediado por el olvido
EL MERCADER DE LIBROS mente atrayentes para quedar fijadas en la memoria a través del título: El mercader de libros. Una vez abierto el apetito de la lectura nos encontramos con un autor de reconocido prestigio que nos va a asegurar gratas horas de gozosa compañía.
En este caso se trata de Luis Zueco, escritor que ya conoce las mieles del éxito editorial a través de sus intrigas medievales. Y ya adentrándonos en el libro en sí, descubrimos que la trama principal se basa en la excepcional biblioteca de Hernando Colón (1488-1539), hijo del descubridor, que reunió más de 15.000 volúmenes, la mayor colección privada de libros de su tiempo y que hoy solo se conserva en parte en la Biblioteca Colombina de la Catedral de Sevilla. Recientemente se ha publicado el libro Memorial de los libros naufragados, de Edward Wilson-Lee (Ariel, 2019) que narra su propia historia, y puestos a reseñar, destacar también un ensayo más general El infinito en un junco: la invención de los libros del mundo antiguo de Irene Vallejo (Siruela, 2019), un recorrido fascinante por la historia de los libros.
Luis Zueco (Borja, Zaragoza, 1979) es un investigador y divulgador que destaca por su dedicación a los castillos medievales. Es miembro de la Asociación Española de Amigos de los Castillos y director del Hotel con encanto Castillo de Grisel en Zaragoza (Bien de Interés Cultural y Patrimonio histórico de España). Su primer libro, Rojo amanecer en Lepanto lo pública en 2011, aunque se da a conocer por la novela El escalón 33 (2012), por la que recibe diversos reconocimientos (Primer Certamen de Novela Histórica Ciudad de Úbeda o la Mención de Honor en el Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza). Posteriormente publica Tierra sin rey (2013), aunque su gran éxito le llegó con la trilogía medieval: El castillo (2015), La ciudad (2016) y El monasterio (2018), con la recreación macabra de la atmósfera de unos asesinatos donde las leyendas medievales se imbrican en el brumoso entramado urbano y social de la época.
Y del oscuro Moncayo aragonés del siglo XIII saltamos a la luminosa Sevilla del XVI con unas claras connotaciones que quedan muy marcadas tanto en el fondo como en la literalidad del texto y que van mostrando la propia génesis histórica de los grandes acontecimientos que transformaron el mundo conocido: la utilización de la imprenta, la difusión de las ideas humanistas del Renacimiento (Erasmo de Rotterdam, Lutero...), el descubrimiento de América o la vuelta al mundo de Elcano. Es en definitiva, el gran salto que supuso de hecho lo que hoy conocemos como “Edad Moderna”.
Las andanzas del protagonista, Thomás Abel, se van construyendo siempre desde la premisa de un inmenso amor por los libros y la fascinación por el Nuevo Mundo, mostrado por Zueco en las múltiples tramas y personajes que se entrecruzan: ricos mercaderes, esclavos al servicio de los nobles, ladrones, maleantes, artistas, aristócratas, banqueros… y sobrevolando a todos ellos, el amor como papel básico para imprimir toda historia.