La diseñadora ecologista
Para su colección de otoño 2016, Gabriela Hearst diseñó un vestido con un mensaje casi secreto bordado en código morse. Las cuentas translúcidas, bordadas sobre seda, decían “Love”. De alguna manera, esa palabra resume su filosofía en lo que refiere a la confección de sus prendas y a los materiales que utiliza. Un gran respeto por la naturaleza y un aprecio fundamental por la belleza de la ropa “simple y bien hecha” hacen que su marca, Gabriela Hearst, sea conocida por sus políticas sostenibles y se asocie al nuevo lujo.
Gabriela se crió en un rancho de Uruguay rodeada de naturaleza; de ahí nació esa sensibilidad hacia el lujo de forma honesta, donde el origen es más importante que el resultado. Se casó con Austin Hearst (en segundas nupcias), de la conocida saga editorial, y esta modelo reconvertida a diseñadora empezó a reescribir su historia desde su casa en Greenwich Village rodeada de sus tres hijos. “Es un lugar al que llevo a mi familia para que puedan entender cómo crecí, de dónde venimos, y cómo pertenecemos a la naturaleza y la naturaleza no nos pertenece a nosotros”, cuenta la diseñadora, de 43 años.
Pasaron 14 años desde que, ya instalada en Nueva
York, fundó la marca Candela. Su primer éxito fue un bolso que logró crear listas de espera, el nombre del modelo es Nina Bag, inspirado en la cantante Nina Simone. La diseñadora uruguaya, cuyo nombre de soltera es Gabriela Perezutti, ha ido construyendo con paso seguro un nombre y un prestigio que se asocian a la alta costura y a la moda consciente.
Desde 2015, cuando su marca pasó a llamarse Gabriela Hearst, han sido unas cuantas las celebridades
Sus chaquetas y abrigos tienen un forro especial para prevenir la radiación que emiten los teléfonos móviles y proteger los órganos femeninos. Lino tratado con aloe, una fibra más resistente que el algodón pero que absorbe menos agua. Combina lo utilitario y lo bello, para producir prendas duraderas para mujeres comprometidas con su entorno.