Pequeños opositores
Mal lo está haciendo Educación con las instrucciones a los colegios. Soy de los padres sufridores que nos vemos obligados a lidiar con el confinamiento, y las consecuencias psicológicas del encierro doméstico, a la par que con una mayor presión del trabajo, más carga, sin jornada a efectos prácticos porque estás en el domicilio, con peores medios para el desarrollo de las funciones y con superiores cuestionando si realmente estás trabajando u holgazaneando. A todo este cóctel, se le suma las tareas del hogar que se multiplican, tanto por las exigencias de las medidas preventivas de la pandemia como por estar en casa prácticamente la totalidad del día y, ay, los niños. No parece que Educación haya tenido en cuenta los efectos que sobre ellos también tiene el confinamiento y como esta pesadilla les quita fuerza de voluntad a la hora de atender las tareas. Dichosas tareas pues la lista se hace muy larga y el resultado de esta mezcla de facturas son riñas y, otras veces, el pasar la mano. Siendo además tareas de repaso, creo que sería mejor haberse quedado en lo mínimo, en una voluntariosa entrega de deberes para aquellos que quieren subir nota. Y replantease, como creo que debiera hacerse, el concepto o sistema de educación que se les está dando a los escolares.
Antonio González (correo electrónico)