Diario de Almeria

Este fútbol también se

- Rodrigo Zuleta (Efe) BERLÍN

Los partidos a puerta cerrada, que antes eran una rara excepción, se han convertido en parte de la nueva normalidad tras cuatro jornadas jugadas en la Bundesliga alemana bajo las condicione­s a las que se ha visto forzada por la pandemia del coronaviru­s.

Antes de que recomenzar­a el torneo hubo advertenci­as apocalípti­cas: el fútbol, decían, sin público no es fútbol. Lo que se ha visto es otra cosa: el fútbol sigue siendo fútbol y sin el ruido de las gradas se pueden oír y obser var cosas que antes quedaban ocultas.

El ruido de las gradas ha sido reemplazad­o en parte por el ruido del balón, que se escucha prácticame­nte en cada toque. No hace falta que haya un pase largo ni un disparo fuerte a puerta, el ruido se oye también en los toques cortos y si alguien quisiera podría cerrar los ojos y contar el número de pases.

Antes de que se reiniciara el torneo algunos árbitros señalaron que algunas cosas les serían más fáciles a puerta cerrada. En ciertos duelos individual­es por el balón, decían, se puede oír si el jugador tocó el balón o tocó el contrario. Los ruidos son distintos.

El sonido del balón invita a concentrar­se en lo esencial, en lo que ocurre en el campo, en la lucha entre 22 jugadores. La ausencia del público en las tribunas hace que el fútbol tienda a reducirse a su esencia.

Además del ruido del balón se oyen los gritos de los jugadores, a veces se entienden incluso a la perfección. Los jugadores, además, se entienden entre ellos, lo que no siempre ocurre en un partido con las tribunas llenas. El veterano comentaris­ta alemán,

Marcel Reif, dijo tras la primera jornada después del regreso del fútbol en Alemania que para él lo más interesant­e había sido poder oír y seguir las instruccio­nes que desde el centro de la defensa le gritaba Mats Hummels a sus compañeros del Borussia Dortmund.

Para nadie era un secreto que Hummels en todos los equipos que ha jugado ha sido algo así como un representa­nte del entrenador en el campo. Sin embargo, ese papel se agranda con la situación actual. “Normalment­e lo que digo alcanza a los otros defensas y a quienes están cinco o seis metros por delante, ahora lo que digo puede alcanzar al último delantero”, explicó el propio Hummels sobre la nueva situación.

En los otros equipos también hay jugadores que asumen el papel de Hummels. En algunos casos, tal es el del Bayern, hay varios que lo ejercen. Desde la línea los entrenador­es, además, tienen más posibilida­des de intervenir en un partido, al margen de que pueden hacer ahora cinco cambios por partido.

Hasta ahora la posibilida­d de hacer cinco cambios ha sido usado por los entrenador­es para quitarle minutos a algunos jugadores y dárselos a otros. La regla fue introducid­a previendo que debido a la preparació­n atípica podía haber más lesiones.

Sin embargo, también puede ser un recurso táctico que hasta ahora no ha sido empleado en todas sus posibilida­des.

Con cinco cambios en un momento específico un entrenador puede variar el sistema y puede cambiarle la cara a un partido.

Hasta ahora no se ha visto que los cambios le den la vuelta a un partido determinad­o pero es algo que eventualme­nte podría ocurrir.

Una constante de los partidos a puerta cerrada es que, en términos generales, los pronóstico­s se han hecho más fáciles. Los favoritos son más favoritos. Partidos de entrada desiguales, como el Bayern-Fortuna Düsseldorf o el Paderborn-Borussia Dortmund de la última jornada, se hacen más desiguales.

Además, la regla de los cinco cambios tiende a favorecer a los grandes que no sólo tienen mejores jugadores en el campo sino también tienen más fondo de armario.

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LARS BARON / EFE El madridista Achraf, cedido en el Borussia Dortmund, reclama justicia para George Floyd.
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PETER POW’ELL / EFE

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