Interior justifica la visita a un preso de ETA y Cs reprocha el trato desigual con el Covid-19
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, justificó ayer en el Senado que familiares del preso de ETA Iñigo Gutiérrez Carrillo se desplazaran por “carácter humanitario” en pleno estado de alarma con un salvoconducto desde Guecho hasta la cárcel de Picassent, en Valencia, tras el fallecimiento de su padre durante la pandemia de coronavirus.
Marlaska afirmó que el motivo para permitir la visita de los familiares del etarra se deben al “derecho penitenciario” aplicable para los 50.000 presos que hay en España, ya que “se aplica con carácter humanitario” y “siempre con un tratamiento igualitario”.
El ministro sostuvo que, sin estado de alarma, el etarra habría tenido como el resto de presos con un familiar fallecido un permiso extraordinario, aunque en esta ocasión “no era factible” y se optó por autorizar que fueran sus familiares los que se desplazaran a la cárcel.
La senadora de Cs Lorena Roldán relacionó por su parte la visita al preso de ETA con el “pago” por el apoyo de EH Bildu y le afeó al ministro del Interior que no le dé vergüenza este trato a un etarra y decir, como hizo el pasado viernes en la Comisión de Interior, que las víctimas del terrorismo no se quejan de su política penitenciaria.
Los batzokis (sedes del PNV) atacados solo en Vizcaya en las últimas semanas ascienden ya a 27, después de que ayer amaneciera el del barrio de Armintza, en la localidad vizcaína de Lemoiz, con pintadas en las que se exige la aministía total y se recuerda la huelga de hambre del preso de ETA Patxi Ruiz.
Desconocidos hicieron pintadas la madrugada del martes en la sede del PSE-EE del barrio de Altza, en San Sebastián, con pintadas a favor del recluso. Se trata del segundo sabotaje a la agrupación socialista en dos semanas.