El Museo Arqueológico de Almería
demicismo y monumentalidad, convirtiéndose de esta forma en un elemento arquitectónico importante dentro de la transformación urbanística llevada a cabo tras el derribo de las murallas que derivó en el ensanche hacía Levante. De la instalación, conservación y administración, se encargaría un Patronato constituido por el Presidente de la Diputación Provincial de Almería; el Presidente del Ayuntamiento; el Director de la Escuela de Artes y Oficios de Almería, el Director del Instituto o Catedrático que designara en su caso, el presidente de la Comisión Provincial de Monumentos o un Vocal; el Delegado de Bellas Artes, un funcionario facultativo del Cuerpo de Archiveros Bibliotecarios y Arqueólogos; D.
Luis Siret, D. Francisco Luxan y Zabay y el director del Museo.
El Presidente de dicho Patronato sería el que lo fuese de la Diputación y el Director Don Juan Cuadrado Ruiz, persona conocedora de la región arqueológica por su colaboración con Luis Siret, y por practicar excavaciones autorizadas oficialmente.
Los gastos de sostenimiento e instalación, entre los que se encontraban los haberes del Director y personal administrativo y subalterno, según lo acordado, serían sufragados por la Diputación Provincial de Almería. Regulándose el Museo, según las disposiciones que se regían y dictaban en aquel momento en los Museos Arqueológicos del Estado.
El edificio, sufrió una permuta en los años 50 del pasado siglo XX, pasando a ser sede del Instituto de cho destino, con el fin de evitar que los fines impropios dañaran al edificio.
Además de instalarse la central de Telégrafos y el Parque de Artillería, fue incautada por los republicanos la instalación completa del taller de fotograbado y algunas máquinas y piezas de distintos talleres. El edificio al ser incacutado (con la salvedad de algunas habitaciones), se instalarían las oficinas y aparatos de telègrafos, en el sótano y en los restantes pisos. Igualmente, en los talleres se fabricaban los proyectiles y cajas para contenerlos.
La Escuela de Artes, debido a los usos citados, sufrió pérdidas lamentables, desapareciendo en su totalidad el taller de fotograbado, un aparato de cine y proyeccio-nes, una máquina neumática de dos cilindros y varios aparatos más del gabinete de fìsica, estatuas, tableros, bancos, cuadros y herramientas de diversos talleres. Por todos los motivos señalados, la enseñanza en la Escuela fue prácticamente nula.