Diario de Almeria

Bottas, entre Hamilton y el ‘Kaiser’

- Adrian R. Huber (Efe) BERLÍN

El piloto de Nastola brilló ante el británico, que quire hacer historia igualando la marca de Schumacher

El inglés Lewis Hamilton (Mercedes), líder claro del Mundial de Fórmula Uno, quiere igualar los 91 triunfos con los que detenta la plusmarca histórica de la categoría reina del motor el alemán Michael Schumacher. Pero primero deberá rebasar a su compañero finés Valtteri Bottas, que saldrá desde la pole en el Gran Premio de Eifel, en el Nürburgrin­g (Alemania).

Hamilton, que también aspira a igualar este año los siete títulos del alemán, apunta desde el segundo puesto al otro gran récord del Kaiser. A sólo 100 kilómetros de Hürth, su localidad natal. Y será precisamen­te su colega finlandés (que secunda al astro inglés, a 44 puntos en la general) quien tratará de evitarlo. En una carrera que Carlos Sainz (McLaren) afronta desde la décima plaza, al lado del mexicano Sergio Pérez (Racing Point) y en la quinota fila.

Bottas, nacido hace 31 años en Nastola, firmó la decimocuar­ta pole desde que pilota en la F1 al cubrir los 5.148 metros del histórico circuito alemán en un minuto, 25 segundos y 744 milésimas, 256 menos que el séxtuple campeón del mundo inglés. Que no pudo ampliar a 97 su propio récord de primeros puestos en parrilla. Bottas lideró la tabla de tiempos del ensayo con una décima de ventaja sobre Hamilton. Con el monegasco Charles Leclerc (Ferrari) a cuatro décimas y Max Verstappen (Red Bull) a ocho, con el cuarto crono.

Sainz marcó el decimoterc­er tiempo, seis puestos por detrás de Pérez. Que fue el único Racing Point que rodó por la mañana: su compañero canadiense Lance Stroll no lo hizo, por enfermedad que el equipo no especificó inicial

desafío más repetido de la historia, deseoso uno de hacer valer su jerarquía de líder del ránking y el otro de conservar su hegemonía sobre la tierra batida.

Un Djokovic-Nadal, el número 56, el octavo en Roland Garros, el noveno en una final de un grande, el 24 sobre arcilla, nada mejor puede proponer el tenis actual que, si acaso, aprovechan­do los resquicios del Covid-19, le añade al duelo algunos alicientes para que sea más incierto su resultado.

Porque este nuevo Djokovic-Nadal no tiene el aire de déjà vu que se podía suponer, tendrá lugar en un contexto totalmente diferente a todos los anteriores, sin parangón con ningún otro que se haya disputado en el pasado.

Si en circunstan­cias normales el favoritism­o del español, que busca su decimoterc­er título en Roland Garros y que sólo ha perdido dos partidos en ese escenario, sería casi incuestion­able, las condicione­s meteorológ­icas de octubre equilibran la contienda.

Picante para el español, que busca su triunfo 100 en la tierra batida parisiense y el vigésimo Grand Slam de su palmarés, que le iguale con el suizo Roger Federer.

Nadal tiene ante sí un nuevo reto, uno más en la carrera de un tenista que ha ido superando a base de tesón todos los obstáculos que se le atribuían y que él ha ido convirtien­do en metas para seguir progresand­o. Se le suponía un jugador sólo de tierra y ganó todos los Grand Slam y ahora tendrá que hacerlo en condicione­s adversas, con temperatur­as bajas, elevada humedad en el ambiente y una bola que rebota menos, lo que atenúa la agresivida­d de los efectos de los trallazos que salen de su brazo izquierdo. En definitiva, Nadal tiene que volver a ganar con las alas cortadas, como si el destino hubiera querido poner un lastre al balear para atenuar su superiorid­ad en Roland Garros.

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