“El agradecimiento de las familias es la mayor satisfacción en esta situación”
ANTONIO JIMÉNEZ. DELEGADO DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA
El que era el delegado de la Junta de Andalucía responsable de las residencias de mayores cuando se detectó el brote en el centro de El Zapillo, Antonio Jiménez, asegura que fueron días complicados y que ante la situación de deshumanización de las muertes de las personas mayores durante la pandemia tanto en residencias como en hospitales, lo primero que estudiaron fue la forma de llevar a cabo una asistencia de familiares en esos últimos momentos de la vida. “En cuestión de días, desde que se tuvo conocimiento del primer positivo, pusimos en marcha un protocolo en el que se permitía a un familiar que estuviera acompañando en la intimidad a ese ser querido que, en su mayoría era de muy avanzada edad y con otras patologías previas además de la infección por la
COVID-19”. Jiménez ha explicado a Diario de Almería que vieron conveniente humanizar estos fallecimientos y la muerte digna ante la cantidad de muertes que se produjeron en este tipo de centros durante la primera ola de la pandemia, no en Almería pero sí en otros lugares de España, y la desesperación de las familias al no poder despedirse de sus mayores.
Así, señala Jiménez, “cuando la situación de alguno de los residentes era irreversible, la dirección del centro contactaba con los allegados para indicarle si querían acompañarle en la intimidad. Fueron varias las familias que optaron por acogerse a este protocolo y sin duda lo que más nos llena de satisfacción es el agradecimiento de todos y cada uno ante esta difícil situación”.
Como incide el delegado, “perder a un familiar es muy duro, pero el hecho de perderlo sin poder despedirte de él puede ser además muy traumático, por eso nos pusimos a trabajar para instaurar este protocolo que se ha aplicado de forma pionera en la residencia de El Zapillo”. Un protocolo que se elaboró de forma “ágil y eficaz”, como han calificado los propios protagonistas de esta historia, y que se puso en marcha en un momento crucial de la pandemia en la provincia de Almería, a mediados del mes de agosto. En este centro ha habido que lamentar 16 muertes de residentes, de un total de 76 contagios.