Competencia, pesca y gobernanza mantienen encallada la negociación de Bruselas y Londres
La UE y el Reino Unido siguen enfrascados en la negociación de su relación tras el Brexit, un diálogo en el que los avances para cerrar un acuerdo no llegan. Las posturas están alejadas en los ámbitos de la competencia justa, la pesca y la gobernanza del futuro convenio.
La UE exige que el acuerdo incluya garantías para asegurar una competencia abierta y justa entre las empresas británicas y comunitarias, de modo que las compañías del Reino Unido no se beneficien con ventajas de las que no disfruten las firmas de los Veintisiete. Para evitar ese escenario de desigualdad, Bruselas quiere que Londres se comprometa a que sus regulaciones en ayudas estatales, estándares sociales, laborales, medioambientales y climáticos o la fiscalidad no diverjan excesivamente de las comunitarias cuando el Reino Unido tenga acceso al mercado europeo como país tercero.
La pesca es otra gran cuestión que sigue lejos del consenso, pese a su importancia para Francia o España. El club comunitario defiende mantener una situación lo más similar posible a la actual, en la que los pescadores europeos tienen acceso a las aguas británicas con las cuotas pactadas entre los estados de la UE. Londres apuesta por negociar anualmente las cuotas, un arreglo similar al que se acordó con Noruega y que la UE considera técnicamente inviable.
Aunque la gobernanza del nuevo acuerdo ha sido fundamental durante toda la negociación, ha cobrado protagonismo las últimas semanas, tras la propuesta legislativa británica que viola partes del acuerdo de retirada, en particular, las relacionadas con la frontera irlandesa. Ese proyecto ha dañado la confianza de los negociadores comunitarios en el Reino Unido, e incluir en el nuevo acuerdo mecanismos para resolver disputas de manera eficaz resulta imprescindible para Bruselas.