Diario de Almeria

UNA DERECHA INSERVIBLE

- AGUSTÍN BELMONTE

ESTE ¡Qué vergonzoso espectácul­o el enfrentami­ento de la Comunidad de Madrid con el Gobierno a cuenta de la pandemia! Es un escándalo para la mayoría de los comentaris­tas, exceptuand­o a los fanáticos de derecha. Es bochornoso que después de la espectacul­ar escena de la Puerta del Sol, con todo aquel despliegue de banderas, haya resultado que la presidenta de Madrid iba a lo suyo, que es ser vir a la economía –léase, los empresario­s– y conducirse en todo momento en clave electoral. Para ella, como siempre, los enfermos de covid19, los ingresados, los atendidos en UCIS y los muertos sólo son números, tantos por ciento. Y las medidas a tomar para contener la pandemia nunca deben estorbar los intereses económicos de las empresas. El problema se reduce a eso. El Gobierno se ha visto obligado a declarar el Estado de Alarma y la Comunidad de Madrid está cuasi en rebeldía contra la medida. ¡Qué dirían los lacayos mediáticos de la derecha si esto estuviese ocurriendo con Cataluña! Desde el principio sabemos que la situación que vivimos hace imprescind­ible la unidad de la clase política y de la población en torno al Gobierno. Pero el desgobiern­o de Madrid desde que el manejo de la pandemia pasó a las autonomías en uso de sus competenci­as transferid­as en materia de Salud ha sido clamoroso, indignante, bochornoso. Y espeluznan­te: por los muertos, los enfermos y las familias afectadas. Madrid, la derecha en general, lo confiese o no, pone la Economía –léase, los intereses de las élites– por delante de la Salud. Lo malo es que todo este embrollo institucio­nal, este charco de agua podrida en que se ha convertido la lucha contra el covid19 en Madrid, degrada la política y a los políticos. No han sabido manejar la pandemia, se dice. Pero no todos los políticos, digo yo, son iguales. El Gobierno central dirigió la lucha contra la enfermedad bien. Con fallos, pero bien. Aquel durísimo confinamie­nto al que fuimos sometidos frenó la expansión del coronaviru­s. Eso, hoy, es incuestion­able. Luego se cometió el error de desescalar demasiado rápido, atendiendo a los intereses de los hosteleros por la inminencia del verano. Y la Comunidad de Madrid ha hecho el resto muy mal por lo mismo: Economía, no Salud. Resultado: tenemos en España la peor derecha de Europa. Se envuelve en 34 banderas, pero no es capaz de luchar por la vida y la salud de sus conciudada­nos: es una derecha inser vible.

La derecha se envuelve en 34 banderas, pero es incapaz de velar por la salud de sus conciudada­no

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agustinbel­monte@live.com

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