CIERRE DEL CAÑARETE Retenciones a la ida y a la vuelta
● Los atascos en la A-7 a la altura de Aguadulce, una constante desde el 7 de septiembre
El 7 de septiembre un pequeño desprendimiento sobre la calzada de la carretera que comunica Aguadulce con Almería por la costa, conocida como El Cañarete, provocó un nuevo terremoto social en toda la comarca del Poniente. La derivación del tráfico que a diario soporta la carretera de El Cañarete a la Autovía A-7 tiene consecuencias directas y palpables: retenciones y accidentes. Los primeros se sufren a diario y los segundos, pese a ser menos comunes, siguen ocurriendo de manera constante.
Según los últimos datos recabados por este periódico, durante los 65 días que permaneció cerrada al tráfico la carretera N340a a principios de año por un desprendimiento en diciembre de 2019 y en el mes y un par de días que lleva actualmente se han producido ya más de una treintena de accidentes.
Todos han sido alcances en los que no ha habido que lamentar muertes aunque sí daños en los vehículos afectados y, como efecto colateral, numerosa retenciones que han sido generosas en cuanto al tiempo de espera para los pacientes conductores que cada día se trasladan desde toda la comarca del Poniente a la capital para trabajar o para ocio.
Y esas retenciones están muy marcadas en franjas horarias a lo largo del día. Por la mañana son muy comunes en el intervalo de una hora que comprende de las 7:30 a las 8:30 horas coinciden con la entrada al trabajo de funcionarios y trabajadores por cuenta ajena.
La otra, con el mismo intervalo de tiempo, se produce de 14:30 a 15:30 horas y afecta principalmente a todos los almerienses que tienen en Aguadulce su residencia habitual. El semienlace de acceso a Aguadulce Norte en el punto kilométrico 431+070 de la Autovía A-7, inaugurado en 2016, se convierte en ese momento en un punto negro al generarse retenciones debido al volumen de vehículos que intentan acceder a la localidad roquetera y que en la mayoría de ocasiones provoca que el arcén se vea también colapsado.
“Con él, resolvemos el problema que existía al contar Roquetas con un solo acceso, que en ocasiones se veía congestionado provocando situaciones de peligro al sobrepasar las colas de vehículos el carril de deceleración. Esta situación queda resuelta con esta salida directa a
Aguadulce que agiliza todo el tráfico de nuestro municipio, tanto de entrada como de salida, danto ser vicio así no sólo a Roquetas sino también a los municipios de Enix, Felix y Vícar”, apuntaba el alcalde de Roquetas de Mar, Gabriel Ama durante su inauguración.
Cuatro años después, la realidad es que pese a ser una salida complementaria a la que hay en el punto kilométrico 429 de la A-7 y que permite acceder a Vícar, Roquetas, Enix y Felix, no ha conseguido desatascar el tapón que se genera.
Porque si se hace uso de las cifras que facilita la Dirección General de Tráfico (DGT), a los más de 50.000 vehículos diarios que transitan la A-7 se han vuelto a sumar otros 15.000 que con anterioridad circulaban, como alternativa de una A-7 al borde del colapso, a través de los nueve kilómetros de ensueño en las estribaciones sur de la Sierra de Gádor junto a la orilla del mar. Y de nada sir ve el refuerzo de las medidas policiales ni los mensajes en paneles ni nuevas señales porque los conductores tanto los que viajan desde el Poniente como los que acceden a la A-7 desde Aguadulce por las dos salidas hablitadas se encuentran con retenciones cada día.
Una situación desesperante para muchos almerienses que se ven abocados a optar a adelantar su hora de de partida hasta la capital para evitar llegar tar
Gabriel Amat Alcalde de Roquetas de Mar Con el semienlace se acaba la congestión de vehículos en el único acceso a Roquetas”
de a sus quehaceres diarios. Y es que un desplazamiento por la A7 desde Aguadulce a la capital que podría requerir unos 20 minutos llega en ocasiones a coquetear con la hora y sobrepasarla en caso de algún alcance. Algo que por desgracia es más común de lo que se desearía.
No en vano, han sido ya varios las colisiones y alcances tanto en la entrada y salida por el semienlace de Aguadulce Norte que agravan una situación que por momentos se torna insostenible. La paciencia se ha convertido en estos momentos en la única medicina para una problemática que parece enquistada.
Una dura realidad que obliga a las administraciones competentes, en este caso la Subdelegación del Gobierno, a agilizar los trámites para que la carretera de El Cañarete vuelva a estar operativa cuanto antes para descongestionar una Autovía A-7 que ya pide a gritos la puesta en marcha del casi utópico proyecto del tercer carril. Una medida, costosa eso sí, que podría convertirse en la solución definitiva para un tramo de autovía que es uno de los quebraderos de cabeza para el Gobierno Central.
El anuncio, como puede leerse en la información complementaria de l a derecha, por parte de la Subdelegación del Gobierno de que esta semana se aprueban las obras de urgencia en El Cañarete son un rayo de esperanza para l os miles de conductores que diariamente se tienen que armar de valor y paciencia para recorrer esos escasos trece kilómetros que separan Aguadulce de Almería capital.
El proyecto del tercer carril podría ser una solución definitiva para descongestionar el tráfico