BBVA eleva la seguridad de los pagos con la primera tarjeta sin numeración
Una revolución en el mundo de los pagos. Así presentó ayer Gonzalo Rodríguez, director de Desarrollo de Negocio de BBVA en España, la tarjeta Aqua, que, ya sea en formato digital o en físico, no tiene numeración, CSV (el código de verificación de tres cifras) y fecha de caducidad asignada a priori, lo cual incrementa las garantías de seguridad.
¿Cómo es posible? Es simple. En cada compra que realiza el cliente se genera una numeración única y un CSV también único. El usuario, así, “tiene la garantía de esta forma de que no pasa nada si pierde la tarjeta o la numeración acaba en otras personas”, dice Rodríguez. Según afirma el banco, la nueva funcionalidad está basada en tecnología cloud y en algoritmos criptográficos para asegurar la inviolabilidad del código generado para el usuario final en cada acción de compra. La tarjeta estará disponible a finales de mes y será compatible con Apple Pay, Samsung Pay y Google PAy.
BBVA no se ha quedado ahí, ya que gracias 1.000 entrevistas a clientes ha detectado otras necesidades, además de la seguridad. Así, facilita que a través la aplicación móvil de la entidad el usuario tenga “un control absoluto de su tarjeta”. No sólo podrá apagar y encender la tarjeta cuando le convenga, sino que podrá sacar dinero sin tocar un cajero o traspasar dinero de la cuenta a la tarjeta y viceversa.
Además, el cliente será informado del saldo disponible y se activarán notificaciones cuando haya consumido el 80% o el 100%. BBVA también dará la posibilidad de crear un presupuesto para cada segmento, con notificaciones incluidas. Y se podrán financiar los pagos “de la forma que se quiera”, con tarjeta de crédito o de débito.
Por último, los datos almacenados de pago de servicios como Netflix o Amazon, por poner dos ejemplos, serán de fácil acceso y con la posibilidad de cancelarlos en cualquier momento.
BBVA lanzará la tarjeta Aqua a nivel mundial, en todos sus mercados, y tiene como objetivo, en España, el millón de clientes en dos años. Será gratuita para los clientes vinculados y para el resto tendrá un coste de 35 euros al año la de crédito y 43 euros la de débito. El cliente podrá optar por una tarjeta virtual (incorporada en la aplicación móvil) o física, esta última realizada con plástico reciclado.
Lanza un formato con el que cambian los dígitos y el código de seguridad en cada compra para impedir la sustracción de información