EL HONOR DE SERL EL PRIMERO EN CAER ANTE UCRANIA

DEJÓ una sobredosis de estupefacción ver cómo España caía ante Ucrania en Kiev. La primera vez que perdimos con Portugal era en plena posguerra y tras un chorro de victorias. Entonces, Pablo Hernández Coronado, seleccionador y hombre aficionado a epatar, largó una frase que está en los anales de nuestro fútbol: “Me ha cabido el alto honor de haber sido el primer seleccionador que ha perdido con los portugueses”, dijo.

Bien podría Luis Enrique parafrasear a aquel don Pablo tan ingenioso paridor de célebres sentencias. Nunca habíamos perdido ante esos exsoviéticos y lo cierto es que la derrota de antier noche nos ha cogido con el paso cambiado. Las buenas sensaciones del partido de ida se aguaron un tanto la noche con Suiza en Valdebebas, pero de eso a caer ante la tropa de Shevchenko va un trecho. Un trayecto que no sabíamos iba a tener la meta que tuvo a pesar de Adama.

Por cierto, muy ponderado el partido del ciclópeo guineano. Supo desbordar siempre, aunque a veces podría asociarse en vez de acabarlo todo. Quien tuvo una mala noche fue Ansu Fati, que pecó de chupón en más de una ocasión. Claro que lo que más se echó en falta esa noche, y casi todas las noches, es instinto depredador en el área. Lo que ofreció Ramos en el tramo final, ya a la desesperada y tras echársele de menos en el gol ucraniano, tan descolgado como quedó.

La derrota no impide el liderato de grupo, pero ya sin colchón y afrontándose la cita de La Cartuja con Alemania como un duelo y no, precisamente, a primera sangre. Viendo la catarata de centros de Adama y la noche sabática del portero ucraniano se nos venían a la mente rematadores como Morata o abrelatas como ese Iago Aspas que en solitario sostiene al Celta. Ojalá el gol se encuentre a la mayor brevedad, pues de otra forma, adiós a aquellas sensaciones.

Luis Enrique bien puede parafrasear al inefable e ingenioso Hernández Coronado, un antecesor