El jefe del Ejército dimite negando un uso “privilegiado” de la vacuna
● El general Miguel Ángel Villarroya pide su cese a la ministra de Defensa pero insiste que siguió el protocolo ● Interior destituye al oficial de enlace de la Guardia Civil en el EMAD
La vacuna contra el coronavirus ha resultado nociva para la cúpula militar. Los efectos que ha provocado han ido mucho más allá de una reacción alérgica. El Jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), el general Miguel Ángel Villarroya, solicitó ayer su cese a la ministra de Defensa, Margarita Robles, tras su polémica vacunación, pese a que defiende que siguió los protocolos establecidos y en ningún momento se aprovechó de “privilegios no justificables”. La ministra aceptó su renuncia.
El Estado Mayor de la Defensa (EMAD) informó de que el general Villarroya tomó la decisión “a primera hora” del sábado y “con la conciencia tranquila”. La solicitud del cese fue trasladada a la ministra en una misiva en la que Villarroya sostiene que su actuación como jefe de la cúpula militar, igual que durante sus 45 años de carrera en las Fuerzas Armadas, “ha procurado ser honesta y dominada por el espíritu de servicio y de amor a España”.
Pese a la polémica por su vacunación, el que ha sido Jemad durante el último año sostiene que la decisión de recibir la vacuna contra el Covid-19 fue “acertada”, pero está “deteriorando la imagen pública” de las Fuerzas Armadas y poniendo en duda su propia “honradez”. En su jusitificación, Villarroya argumenta que la vacunación tuvo lugar “en el cumplimiento de sus obligaciones, de acuerdo a los protocolos establecidos y con la única finalidad de preservar la integridad, continuidad y eficacia de la cadena operativa de las Fuerzas Armadas”. El hasta ahora Jemad insiste en que “siempre se ha esforzado en servir de ejemplo a sus subordinados y en hacer lo correcto” y ha tomado la decisión de renunciar al cargo con el objetivo de “no perjudicar” la imagen de las Fuerzas Armadas.
El general Villarroya recibió la vacuna junto a otros tantos altos cargos militares dentro del plan de vacunación del EMAD, entre ellos los generales Francisco Braco, comandante del Mando de Operaciones, y Fernando García González-Valero, jefe del Estado Mayor Conjunto.
Según explicaron desde el Estado Mayor, las Fuerzas Armadas tienen asignado por el Ministerio de Sanidad un cupo de vacunas al margen de las que se reparten entre las comunidades autónomas para ser suministradas a la población civil. Dentro de ese cupo, al Estado Mayor de la Defensa le corresponde un porcentaje para el que se estableció un orden de prioridades: personal sanitario, militares que van a participar en misiones internacionales y, por último, la estructura de mando siguiendo un criterio de edad.
Con ello, dentro del Estado Mayor ha sido ya vacunado todo su personal sanitario y se está procediendo al suministro de la vacuna a los efectivos que van a formar parte de operaciones internacionales, como son los que embarcarán próximamente en los buques de la Armada Cazaminas y Tajo.
Una vez cumplido este procedimiento se comenzó con el tercer grupo del orden de prioridades, la estructura operativa para asegurar el mando de las operaciones. Dado que en este caso el criterio es la edad, los generales fueron los primeros en recibir la primera dosis de la vacuna, incluido el Jemad. Sin embargo, también fueron vacunados suboficiales o civiles del Estado Mayor que reunían estos requisitos.
Tras la noticia, que Robles reconoció haber conocido a través de los medios de comunicación, la ministra anunció que había solicitado al JEMAD un informe pa
ra conocer la forma de actuación y los protocolos que habían guiado el orden de vacunaciones.
El cese del general Villarroya llega después de conocerse que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, decidió la noche del viernes el cese del oficial de enlace de la Guardia Civil en el Estado Mayor de la Defensa y que también había sido vacunado.
Interior se adelantó de esta manera en tomar una decisión en lo que afecta a su oficial, cuyo cese, según indicaron fuentes del Ministerio, se ha acordó “tras tener conocimiento de que el oficial de enlace de la Guardia Civil destinado en el Estado Mayor de la Defensa había participado en la vacunación en esa institución”. Esta medida fue adoptada la noche del viernes “con carácter inmediato” y se hizo “tras recabar y analizar todos los infor
La Guardia Civil pide que se rechace la vacuna al margen del circuito de distribución
mes pertinentes”. Las mismas fuentes subrayaron que se trata de un puesto de libre designación.
La Guardia Civil difundió ayer do una comunicación interna recordando que hay que respetar el turno de vacunación fijado por el Ministerio de Sanidad y rechazar cualquier ofrecimiento al margen del circuito de distribución oficial, incluso si es “de buena fe o en situaciones de vacunas sobrantes asignadas inicialmente a otros colectivos”. La comunicación interna, que firma el jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, el general José Manuel Santiago Marín, se ha difundido a todas las unidades dependientes de la Dirección Adjunta Operativa coincidiendo con la polémica y en ella se recuerda que en las últimas semanas se está procediendo a la vacunación “priorizando a personal sanitario, personas mayores y grandes dependientes, en diferentes etapas y fases”.