EL DEFECTO ILLA
MENUDO barullo se ha liado con la decisión tomada por Pedro Sánchez de colocar a Illa, ex ministro de Sanidad desde el pasado martes y oficialmente desde el mismo martes, de candidato del PSC a presidir la Generalidad en las próximas elecciones catalanas. Vaya, tal parece que nos haya abandonado el gran interventor de la pandemia, o nos sobrevenga el apocalipsis de orfandad sanitaria y no, ni mucho menos. Salvador Illa es una cuota, nada más, como ahora lo es Iceta. Esta pandemia deja muchas víctimas y a la vista un defecto, la inoperancia de Salvador Illa.
La trayectoria ministerial de Salvador Illa, a mí me parece, queda definida por la acreditada secuencia de sus mentiras; por, según el sector sanitario, la ineptitud en el manejo ideológico/partidista de la Sanidad pública; por no digamos el caótico plan de vacunación, y la fuga descarada de rendir cuentas en el Congreso. Así pues, puente de plata.
En el PSOE/PSC confían en la victoria electoral de Salvador Illa frente a los mismos que apuntalan a Pedro Sánchez en el Gobierno central. A ver cómo se
Solo falta que el próximo día 15 de febrero impongan el confinamiento total
come esto. Al decir de analistas políticos, ganarán los independentistas aunque pierdan las elecciones. ERC y demás independentistas tendrán la sartén por el mango en Barcelona y la cazuela por las asas en la Moncloa. Pudiera ser, o será.
En otros ámbitos, a Salvador Illa se le presenta como el cordero pascual tal y como se relata en el Éxodo del Antiguo Testamento. A Moisés se le reveló cómo terminar con la última plaga. “Se debía guardar un cordero hasta el día 14º, sacrificándolo al atardecer, y debía ser consumido entero asado durante la comida pascual”. En traducción libre, podríamos convenir que si el PSC gana las elecciones catalanas, las gana Sánchez. Si el PSC pierde o no logra un rédito sustancial, el perdedor será Salvador Illa, el cordero enviado al sacrificio. Sea como fuere -las urnas pondrán a cada uno en su sitio-, el llamado ‘efecto Illa’ continúa como ‘defecto Illa’, porque mientras se persista con su tema y zarandajas de exclusivo interés personal de unos cuantos políticos de inmoralidad sobradamente conocida, se tapa el caos de las vacunas, se obvia el número de fallecidos por el coronavirus, los hospitales revientan, en definitiva, hay distracción de lo importante, de lo urgente, de la vida y de la muerte de tantos y tantos ciudadanos. Lo de Illa, el defecto, se cura con el tiempo, la pandemia vírica con la vacuna. Basta ya de tonterías.