Centrando el tiro: El corredor mediterráneo
EN el lejano 1999, durante la presentación de la exposición del centenario de la línea de Linares a Almería, recuerdo perfectamente la expresión del entonces presidente de la Diputación Provincial mientras ojeaba en el catálogo un plano en el que aparecía dibujada la conexión ferroviaria entre Almería y Murcia y que incluimos en el capítulo “El ferrocarril que queremos para el siglo XXI”. Era una mezcla entre sorpresa e incredulidad, pero creo que en el fondo reconocía que era muy necesaria para Almería ante tanto abandono, pero que habría que luchar para alcanzar esa meta a pesar de verlo como una quimera.
En definitiva, esa era la intención de ASAFAL, despertar las conciencias de los almerienses para que empezaran a creer en sus posibilidades y demandaran la imprescindible conexión por ferrocarril con el arco mediterráneo.
Han transcurrido 22 años desde aquel momento y lo que era el deseo de unos pocos entusiastas se ha asumido plenamente por la sociedad almeriense como una de las principales metas a conseguir para subirnos al tren del progreso, nunca mejor dicho. Sin embargo, han sido y son muchos los obstáculos y trampas a sortear en este largo periplo reivindicativo, aunque también alegrías, como en el momento del cale del túnel de Sorbas, o de rabia y tristeza, cuando se suspendieron las obras durante más de siete años. Mientras tanto, el ferrocarril que teníamos y tenemos, ha ido deteriorándose hasta llegar a unos niveles de vergüenza, en el caso de los trenes de viajeros, y de olvido para el tren de mercancías al ser despojado de la mínima infraestructura disponible para poder realizar un transporte. ¿Se puede entender que una provincia eminentemente exportadora no cuente con una terminal ferroviaria de carga en pleno siglo XXI? Evidentemente, no.
A pesar de esta montaña rusa que iniciamos con el siglo, creo que todos tenemos muy claro que la finalización de las obras del corredor mediterráneo, tanto en nuestra provincia como en la vecina Murcia, debe ser lo prioritario y no podemos perder ni un segundo en discusiones inútiles con fines partidistas. Desde que la línea Almería – Murcia se contemplara en el PIT 2000-2007 del Ministerio de Fomento, en el mejor de los casos, estaremos hablando de más de 25 años para ver circular los trenes. Demasiado tiempo.
Y mientras llega ese momento, no podemos olvidar que disponemos de una vetusta línea ferroviaria que nos comunica con Granada, puerta de acceso a corto plazo a la alta velocidad, para lo cual está ultimándose la puesta en servicio de un cambiador de ancho de vía a la entrada de la capital granadina. Sin embargo, a pesar de ser parte integrante del corredor mediterráneo nada se ha hecho por mejorar la infraestructura para acortar tiempos de viaje que permitan sacarle el máximo partido en un primer momento hasta que, en un futuro, se pudieran acometer obras de mayor envergadura.
Es indudable que el ferrocarril se está convirtiendo en un medio de transporte fundamental, tanto para viajeros como de mercancías, y no podemos desviar la atención de nuestros intereses, porque los almerienses solo nos tenemos a nosotros mismos para defenderlos. Por favor, centremos el tiro en lo importante: el corredor mediterráneo.
No podemos olvidar que disponemos de una vetusta línea que nos une con Granada