El COMERCIO reclama apertura
● Comerciantes protagonizan la primera protesta contra el cierre de sus negocios al ser equiparados con las grandes superficies
En una jornada en la de ayer pendientes de los datos de la pandemia y de las decisiones políticas, comerciantes del centro de Almería capital abrieron testimonialmente sus tiendas –sin entrada de clientes y por el tránsito de una hora– para reclamar a la Junta de Andalucía que les permita reanudar su actividad al considerar que el comercio de calle está fuera de poder constituir un foco de contagios, en una situación, ya extrema, en la que se encuentran ahogados. “No queremos ayudas económicas, lo que queremos es trabajar”.
Es Maica, de la tienda Spagnolo, quien resume en dos frases la reivindicación del sector, que inicia un calendario de protestas a seguir el próximo día 16, en la concentración convocada por las asociaciones del sector.
Sentados algunos, como Sonia Bernabeu, junto a su establecimiento, Nonna, y desplegando una pancarta en la que pueda leerse Somos seguros, no al cierre, esta propietaria de retail explica que “todos somos conscientes de la situación sanitaria, pero hay que tener un poco de sentido común. No nos pueden tratar igual que a los centros comerciales, que son espacios cerrados y donde se producen aglomeraciones. Somos comercio de calle, en nuestros establecimientos hay aforo limitado y el tiempo de permanecía de los clientes no supera los quince minutos, todos con mascarillas y con las medidas higiénico-sanitarias en las que hemos invertido”.
No son solo hidrogeles. También, por ejemplo, máquinas de ozono para la desinfección de la ropa como la adquirida por Drop, cuyo propietario Jaime Peña, Jimmy, añade que “no se ha producido ningún foco de contagio en un comercio de calle, donde nadie se quita la mascarilla, a diferencia de la hostelería. Nos han metido a todos en un mismo saco y nos están sacrificando”, remacha.
En las únicas comunidades donde este sector comercial es equiparado en cuanto a la contundencia de las restricciones por la pandemia son, como recuerda Ángel González, de J. González, La Rioja y Andalucía. “Somos la excepción de España, y no queremos la apertura en función de cómo vayan los datos, sino que nunca nos cierren”, reprocha esta comerciante. “Nos han dejado sin alternativas. Ni ventas cerradas, ni cita previa, ni recogida concertada, ni nada”.
Llevan 17 días cerrados y antes con restricciones horarias. Y antes, el confinamiento. “Llevamos un año muy malo y alguna solución nos tienen que dar. Hay que luchar contra el virus, pero no con estos cierres sin sentido”, lamenta María del Mar del Rey, de Merry Complementos.
La capital almeriense, por muy poco, podría permanecer en el nivel 4. “No vemos el final”, afirma Inmaculada Romero, de Mamuhi, quien advierte de que “si el comercio se muere, las calles del centro con él”. Para Verónica Cortés, de Rizomas, “es una apuesta por el centro de la ciudad”. “Muchos nos podemos hundir y sin justificar”, porque entiende Maite Sánchez, de Lola Casademunt, que el pequeño comercio de calle está siendo “la cabeza de turco de una administración que no sabe cómo atajar el problema”.
La concentración ante la Delegación del Gobierno andaluz se adelanta al día 16