Diario de Almeria

LA IMPORTANCI­A DE LA SERENIDAD

-

LA falta de serenidad se presenta con cierta frecuencia cuando se acumulan actividade­s o problemas a los que no se pueden hacer frente de una manera completa y obtener los resultados que deseamos. Por ejemplo, en determinad­as épocas en el trabajo profesiona­l o cuando aparecen circunstan­cias extraordin­ar ias en nuestra vida. En estas situacione­s, resulta difícil mantener la serenidad, admitir que las personas tenemos limitacion­es, que no somos multitarea­s,

que necesitamo­s establecer un orden de prioridade­s claro o procurar que lo urgente no nos impida hacer lo importante. Tengo asociado el mes de junio a los agobios que tienen muchos alumnos cuando llegan los exámenes. En ellos observaba que los principale­s síntomas del agobio eran: nerviosism­o, estrés y ansiedad, dormir menos y peor de lo habitual, los conf lictos y tensiones que aparecen con frecuencia en las relaciones interperso­nales, dificultad para concentrar­se o para respetar el orden de prioridade­s del proyecto personal de vida. Para ayudarles, les hablaba de la importanci­a de vivir con serenidad, esa actitud que nos lleva a mantener la calma en medio de la dificultad. Cuando nos encontramo­s en una situación de agobio, hay que pararse a pen

sar, a reflexiona­r sobre qué nos pasa y por qué perdemos la serenidad. Resulta convenient­e aprovechar esas situacione­s para conocerse mejor y concretar algunos aspectos en los que debemos mejorar. El nivel de agobio y de sus efectos depende de muchos factores: los más importante­s son el tipo de personalid­ad, las actitudes y capacidade­s de la persona que sufre el agobio y la falta de un proyecto personal de vida.

La serenidad que nos evita los agobios se logra cuando se aceptan con humildad nuestras limitacion­es, pero antes hay que estar seguros de que estamos siendo coherentes con los valores que orientan nuestra vida, porque las personas serenas logran pensar antes de decidir, y no se sienten demasiado preocupada­s o ansiosas por su futuro. Cuando dudan no les cuesta trabajo pedir consejo. No revisan las dificultad­es del pasado, ni imaginan posibles catástrofe­s futuras. Séneca resumía el valor de la serenidad con esta frase: “El hombre feliz no es el hombre que ríe, sino aquel cuya alma, llena de alegría y confianza, se sobrepone y es superior a los acontecimi­entos.”

La serenidad que nos evita los agobios se logra cuando se aceptan con humildad nuestras limitacion­es

 ?? JOSÉ MIGUEL PONCE ?? Doctor en Ciencias Matemática­s
http://marketingy­servicios.com/autor/
JOSÉ MIGUEL PONCE Doctor en Ciencias Matemática­s http://marketingy­servicios.com/autor/

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain