Francia se atasca
● Griezmann rescata un punto ante una Hungría que comenzó ganando
Hungría arrancó un valioso empate ante una Francia que perdonó demasiado. El resultado aprieta las cosas en un Grupo F y despierta esperanzas en los de Marco Rossi para clasificarse para octavos.
Hungría salió con descaro a jugar, sin temer al campeón del mundo ni especular con el resultado. A su favor tenía el apoyo incondicional de los más de 60.000 aficionados del Puskás Aréna y en contra los 35 grados que castigaban su fútbol peleón basado en el físico.
En los minutos iniciales unos infatigables Fiola, Schäfer y Ádám Szalai crearon problemas por la izquierda a Francia, que pareció sorprendida por el desparpajo del rival.
Con el paso de los minutos y bajo un sol despiadado, Francia fue creciendo a medida que los húngaros se desfondaban y aguardaban su oportunidad a la contra.
Poco antes del cuarto de hora llegó la primera gran ocasión francesa, con un disparo desde fuera del área de Benzema que repelió Gulácsi. Un par de minutos después una buena combinación entre Benzema y Digne por la izquierda acabó con un preciso centro que un solitario Mbappé cabeceó por encima del larguero.
La conexión GriezmannMbappé-Benzema ofreció una obra de arte a la media hora: el primero filtró a la espalda de la defensa, el segundo la dejó de tacón y el tercero perdonó cuando venía de cara cerca del área pequeña.
Entretanto, los húngaros sufrieron la primera víctima del calor: el veterano capitán, Ádám Szalai, de 33 años, se retiró del campo tras parecer mareado después de un golpe. La baja del delantero era un mazazo para los suyos por su entrega absoluta.
Francia jugó entonces unos minutos de gran fútbol y no marcó por falta de puntería. Y justo entonces llegó el gol húngaro en el descuento de la primera parte.
En una contra Fiola se plantó en el área tras una pared con Sallai, Varane llegó tarde y el carrilero definió ante Lloris poniéndola al palo con la sangre fría de un delantero.
En la segunda mitad los de Didier Deschamps salieron con una presión adelantada, aunque los centroeuropeos no se arrugaron y respondieron con contras cargadas de veneno.
En el 59, Dembélé, que acababa de entrar por un apagado Rabiot, estrelló un balón en el palo en la primera llegada al área.
El empate francés llegó en una jugada afortunada. Lloris sacó un larguísimo saque de puerta que la defensa húngaro no supo atajar, el balón llegó a Mbappé, que centró raso, pero tras un rechace de un defensa el balón quedó muerto y Griezmann marcó a placer.
El partido fue entonces de ida y vuelta, con los húngaros buscando sus opciones y sin especular con el marcador, tratando de jugar, pese a sus limitaciones, y plantando cara a los campeones del mundo para arrancar un empate histórico.