ESPECTADORES EN LA FERIA
MES de agosto, mes de calor, del bullicio, del colorido, y aquí estoy con mi ordenador para plasmar lo que siento como espectadora y especialmente como aficionada, dedicando esto que hago a tres hombres de mi vida , mi padre, mi hermano y mi marido que me hicieron comprender y amar la Fiesta. Asimismo me enseñaron los entresijos de la misma.
Son tantos y tantos recuerdos y anécdotas para plasmar las vivencias en torno a una corrida. Ocurrencias de cada uno de ellos, chascarrillos oportunos con los vecinos de tendido, ironías graciosas que son respondidas con cordialidad. Huellas que ellos me enseñaron, y así hemos encontrado amigos alrededor del toro, gozando del aspecto lúdico que tiene la Fiesta, y dejando a un lado lo cotidiano.
Así se consiguen amigos de gustos comunes, analizando los “pros” y los “contras” del mágico mundo del toro. Porque la Fiesta es algo que encierra magia, envuelta en arte que hay que saber mirarlo. Este mundo nos convierte en seres apasionados. Sin pasión no habría Fiesta, que nos hace emocionarnos y casi perder la razón. Se goza con la belleza tan llena de plasticidad de una maravillosa corrida de toros.
La información taurina en esta ciudad la tenemos por radio, televisión, en los canales de toros y revistas taurinas, ya que por desgracia sólo tenemos algún que otro festejo en localidades tradicionales durante sus fiestas patronales.
Llegados estos días, sí hay una actividad más amplia. Salen taurinos por todas partes, pero los medios de información tienen que efectuar una labor que no empañe las simpatías hacia un torero, o un toro de una ganadería determinada.
La asepsia debe de presidir el norte y guía de nuestras intervenciones. A veces se presentan circunstancias taurinas un poco polémicas ( toreros , aficionados, empresarios). Sin ella, sin esa sal y pimienta que encierra la misma, no tendríamos nada que decir. Esa polémica es la que mantiene un poco el rescoldo encendido de la afición.