DOS LIGAS EN UNA
EL fútbol es más que un deporte. Es un gran negocio que en nuestro país genera unos ingresos de casi 16.000 millones de euros, equivalente al 1’37 aproximadamente del producto interior bruto. Una cifra importante que sale de la actividad de 42 clubes profesionales que a su vez dan trabajo a 185.000 personas de manera directa. Por cada empleo directo que genera LaLiga, se crean cuatro empleos indirectos. A esto hay que sumarle los beneficios colaterales de la industria del balón, ya que en concepto de alojamiento, comidas, transporte o turismo en general, el desplazamiento de los aficionados deja en las cajas del sector, otros 4.000 millones de eurazos. No hay que seguir discutiendo si es un deporte o un negocio. Instrumentalmente el bisnes se vale del deporte para generar más pasta. Punto pelota. Lo otro es romanticismo, que nada tiene que ver con el sentimiento de la gente hacia unos colores determinados.
Hoy los jugadores pertenecen a empresas, particulares o fondos de inversión. Vendieron su alma al diablo y salvo honrosas excepciones, los demás forman parte de una especie de mercenariado a sueldo del mejor postor. Una vez de acuerdo con el diagnóstico de situación, no es nada raro que se haya cambiado la fecha del mundial para que pueda disputarse en el reino de Qatar. Tampoco aquí vamos a valorarlo. El Mundial 78 se jugó en Argentina en plena dictadura militar. Pero el fútbol no está para esas cosas, dicen los que separan deporte y política. Por lo tanto, jugar el campeonato del mundo entre noviembre y diciembre, por ejemplo, parte el campeonato nacional de liga en dos. O lo que es lo mismo, se juegan dos ligas en una. La primera ya comenzó, con catorce partidos y acabará el 9 de noviembre, antes del mundial. La segunda parte del campeonato se jugará entre el 31 de diciembre y el 4 de junio. Quien logre amarrar más puntos en estos dos tramos de competencia, será el nuevo campeón nacional.