Nuestros ancianos mueren solos

Hace unos años, no tan lejanos, esto no pasaba. Nuestros ancianos cada vez viven más solos. El ritmo de vida trepidante que llevamos hoy en día en nuestra sociedad, avanzada, eso decimos, hace que necesidades tan básicas como atender a nuestros hijos, nuestros enfermos y nuestros mayores, cada vez sea más difícil. Antes, eran las amas de casa las que se ocupaban de todas estas labores de asistencia, ya que estaban en casa, se dedicaban a cuidar de toda la familia. ¡Y qué poco valoradas estaban! Hoy en día con la incorporación de la mujer al mundo laboral, esto, se ha convertido en una labor casi imposible de realizar. Hace ya algunos años, escuché a una persona, para mí un poco sabia, que el ciclo de la vida es un círculo, según empezamos, así acabamos, según nacemos, así morimos. La diferencia es que un bebé normalmente está colmado de atenciones y cuidados y una persona anciana, casi con las mismas necesidades, no las tiene. “Nuestros mayores se nos enferman y no podemos cuidarles”. Tendríamos que hacer examen de conciencia y pensar que sólo tenemos que devolverles una parte de los que ellos nos han dado, que también debemos ser generosos con ellos y que llega un momento que ellos también necesitan atenciones y desgraciadamente no las tienen. ¡Pobres, con todo lo que nos han obsequiado! Un poco atendidos, igual no tendríamos tantas noticias de que un anciano ha muerto solo. No olvidemos nunca que todos llevamos una persona mayor a cuestas y que tarde o temprano saldrá a flote. O como se decía antes “si el mozo supiese, y el viejo pudiese, no habría cosa que no se hiciese”. Antonio Luis Gallardo (Almería)