Diseñan un sistema con imágenes térmicas aéreas y terrestres para estudiar la sequía en árboles
Un equipo de científicos del Instituto de Agricultura Sostenible (IAS-CSIC), el Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE-CSIC-UV-GV), el Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC) y la Universidad de Melbourne en Australia ha desarrollado un sistema que cuantifica el estado hídrico de los árboles a partir de la combinación de fotografías térmicas tomadas desde el aire y sobre el terreno. Además, esta información facilita al agricultor un manejo de riego más eficiente y un mayor conocimiento de las zonas más sensibles a la falta de agua en las que colocar sensores que alerten de esta situación, tal y como difunde la Fundación Descubre.
Este método extrae datos térmicos a partir de imágenes realizadas en zonas acotadas del suelo y del dosel vegetal, es decir, la capa de ramas y hojas formada por las copas de árboles. En concreto, las cámaras toman imágenes que escanean la temperatura de ambas superficies. Las fotografías, transferidas a un ordenador, registran los diferentes niveles de calor que acumula cada parte del árbol y los muestra en una escala de colores: en la gama de azul las zonas más frías y en tonos amarillos, naranjas y rojos las más cálidas.
Así, estas imágenes térmicas permiten evaluar la temperatura de cada uno de los árboles dentro de una parcela y también del suelo. “Este indicador está asociado al grado de estrés, de modo que cuanto mayor es la temperatura de un árbol, más estresado está”, explica la investigadora del Instituto de Agricultura Sostenible Victoria González Dugo, coautora del estudio.
Con el objetivo de observar las zonas más sensibles a la escasez de agua, realizaron un primer vuelo sobre un campo de melocotoneros para tomar imágenes en condiciones de riego abundante y un segundo tras unos días sin regar la zona. Para recopilar la información necesaria de los árboles y el terreno emplearon cámaras térmicas y multiespectrales instaladas em una avioneta.
Los expertos comprobaron que la precisión de las imágenes aéreas permite identificar las copas de árboles individuales y separar el suelo de la vegetación.
Sobre el terreno, midieron el estado hídrico de las hojas con cámaras de presión. Para ello, aislaron la hoja de un árbol en una bolsa de aluminio. Tras una hora sin contacto con el exterior, es decir, ni luz solar ni temperatura ambiente, le hicieron unos cortes y la introdujeron en la cámara de presión. “En este punto se aplica presión hasta que el peciolo, apéndice que une la hoja y el tallo, expulsa una gota de agua. Cuanta más presión haya que ejercer para provocar la exudación de agua, más estrés experimenta la hoja”, detalla Juan Miguel Ramírez Cuesta, coautor del estudio.
Los resultados del estudio, titulado ‘Assessment of peach trees water status and leaf gas exchange using on-the-ground versus airborne-based thermal imagery’ y publicado en la revista Agricultural Water Management, revelaron que la información de las imágenes térmicas aéreas permite un seguimiento más preciso que las tomadas desde tierra. Sin embargo, el intercambio de gases de las hojas se captura mejor con las cámaras utilizadas sobre el terreno.
En este sentido, los expertos abogan por una combinación de ambos tipos de imágenes.
La información proporcionada por estas imágenes térmicas contribuye a detectar a qué zonas concretas de la parcela afecta más el estrés hídrico permitiendo establecer estrategias de riego más eficientes.