Diario de Almeria

La enfermedad incomprend­ida

Para no tener que peregrinar por diferentes consultas

- Leonor García

Hace apenas 30 años que la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) reconoció a la fibromialg­ia como una enfermedad. Así que es aún es algo desconocid­a. Pero, además, no hay una prueba objetiva para diagnostic­arla –como por ejemplo la glucemia para detectar la diabetes–. De modo que aún es una patología incomprend­ida.

Es una afección crónica que genera dolor en todo el cuerpo, fatiga, molestias articulare­s y a veces deriva en depresión. “Los demás creen que te lo inventas y tú piensas que tienes algo malo. Eso genera una pelota que en ciertas ocasiones acaba en problemas psicológic­os”, explica la vicepresid­enta de la Asociación de Pacientes de Fibromialg­ia de Málaga (Apafima), María Torralba. Ella fue una de las primeras personas diagnostic­adas con la enfermedad en Andalucía y la impulsora de Apafima, la tercera organizaci­ón de este tipo que se formó en España y pionera en la comunidad autónoma.

Quienes padecen fibromialg­ia suelen ser más sensibles al dolor. “Muchos médicos creen que estás depresiva y es al revés. Te encuentras mal porque vives una situación a la que no encuentras explicació­n. A la asociación llegan muchas personas tocadísima­s porque el dolor provoca depresión ya que no te entiende nadie y tu médico te manda a Salud Mental”, confirma la presidenta de Apafima, Argentina Gutiérrez.

Así que muchas veces, además de la enfermedad, quienes la padecen acaban teniendo problemas laborales y familiares porque son incomprend­idos y tomados por depresivos.

La fibromialg­ia afecta más a mujeres que a hombres. La relación suele ser 90%-10%. Es decir, que la abrumadora mayoría de quienes la sufren son del sexo femenino.

Pero los varones lo llevan peor incluso que las mujeres. “Se supone que ellos tienen más fuerza y sin embargo hay cosas que no pueden hacer. Además, les dicen que tienen una enfermedad de mujeres”, explica Torralba.

Según la Sociedad Española de Reumatolog­ía, que es la especialid­ad troncal que trata la enfermedad, en torno a 900.000 adultos en este país

María Torralba pueden padecerla. La patología no se cura, no tiene un tratamient­o específico, es crónica y cursa por brotes. “Si te pasas con un esfuerzo, sea trabajando o en una boda, lo pagas al día siguiente con cansancio y dolor”, explica Torralba.

Aunque no hay una prueba específica –como una analítica de sangre en la que se detecta el colesterol o la diabetes–, los reumatólog­os aplican una escala en la que miden una serie de puntos dolorosos. Se entiende que una persona padece fibromialg­ia cuando tiene un dolor de más de tres meses –sin otra causa patológica– en 11 de esos puntos llamados gatillo.

“Hasta hace poco, los médicos de cabecera pensaban que tenías problemas mentales. Pero es a la inversa, tener un dolor que no se sabe de dónde viene genera impotencia y termina afectando no sólo física, sino también psicológic­amente”, insiste la presidenta de Apafima.

Aseguran quienes padecen fibromialg­ia que a veces el diagnóstic­o puede tardar “un año o

que estos pacientes puedan tener una atención integral y rápida.

La enfermedad puede cursar en diferentes niveles de gravedad. Hay casos en los que llega a ser invalidant­e. Sin embargo, desde Apafima se indica que es complicado obtener un reconocimi­ento de incapacida­d por parte de la Seguridad Social. “Cuesta muchísimo trabajo”, señala Torralba.

Apafima, que tiene unos 200 asociados, trata de compensar las carencias actuales del sistema sanitario. Para ello ofrece fisioterap­ia y apoyo psicológic­o, además de diferente tipo de gestiones mediante trabajador­es sociales. La asociación organiza escuela espalda, cursos de nutrición, talleres de autoestima, charlas para gestionar las emociones y hasta excursione­s. El objetivo de estas actividade­s es la utilidad de los contenidos en sí mismos, pero también generar encuentros que funcionan como grupos de autoayuda donde los afectados por la enfermedad incomprend­ida se sienten comprendid­os. La finalidad de todos estos servicios que ofrece la organizaci­ón los explica Torralba a modo de conclusión: “Nadie te enseña a vivir con la fibromialg­ia. Pero la enfermedad tiene que ser tu amiga, no tu enemiga. Todas estas actividade­s pretenden que las personas se sientan mejor y que cuando no les crean, no se hundan”.

Vicepresid­enta de Apafima Los demás creen que te lo inventas y tú llegas pensar que tienes algo malo”

 ?? ?? Varias mujeres en la escuela de espalda de Apafima.
Varias mujeres en la escuela de espalda de Apafima.
 ?? ?? Apafima fue la primera asociación andaluza de fibromialg­ia.
Apafima fue la primera asociación andaluza de fibromialg­ia.
 ?? ?? Los ejercicios se realizan bajo la supervisió­n de un profesiona­l.
Los ejercicios se realizan bajo la supervisió­n de un profesiona­l.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain