El liderazgo dividido del Congreso pondrá a prueba el mandato de Biden
● El presidente tiende la mano a los republicanos para colaborar en la Cámara Baja
Las elecciones de medio mandato en Estados Unidos han dejado un Congreso dividido y un reto para el presidente del país, Joe Biden: sacar adelante la agenda de sus dos últimos años de mandato con una Cámara de Representantes en manos de los republicanos.
De los comicios ha salido una mayoría conservadora en la Cámara Baja y demócrata en la Alta, con lo que a partir del 3 de enero se abrirá una nueva legislatura que se prevé agitada.
Ante estas perspectivas, nada más conocerse el miércoles los resultados en la Cámara de Representantes, Biden tendió la mano a los republicanos para colaborar: “El futuro es demasiado prometedor como para estar atrapados en una guerra política”, afirmó.
A la espera de cómo se desarrolle el ciclo legislativo, los conservadores han nominado ya a Kevin McCarthy, el actual líder de la minoría en la Cámara Baja, como posible sucesor de Nancy Pelosi en la Presidencia del hemiciclo.
La demócrata, por su parte, anunció ayer su retirada como líder de la formación en la Cámara de Representantes en la próxima legislatura. En un emotivo discurso, Pelosi, de 82 años, dijo que mantendrá su escaño, pero que no buscará la reelección como líder.
El llamado speaker marca el calendario legislativo, al gestionar qué proyectos de ley van a ser debatidos y cuándo.
Esto da a los republicanos mayor poder y visibilidad que si se hubieran hecho con el liderazgo del Senado, explica Paul Beck, profesor emérito de Ciencias Políticas en la Universidad de Ohio, que anticipa un bloqueo sistemático de cualquier normativa demócrata.
A los progresistas les quedará con el Senado la exclusividad de confirmar las nominaciones de cargos en la Administración, los jueces federales y los embajadores, y de celebrar los juicios políticos de funcionarios federales.
El clima de polarización en el país hace muy probable, según del politólogo, que cualquier normativa se vea frenada en una u otra cámara y que Biden recurra a decretos ejecutivos para sacar adelante sus propuestas.
El giro no será sólo legislativo: los republicanos adelantaron a principios de mes que en caso de recuperar la Cámara de Representantes preveían investigar la “politización” del FBI o las razones que llevaron a registrar la mansión del ex presidente Donald Trump.
También tienen en su punto de mira por qué se decidió crear una nueva oficina de Terrorismo Nacional en la Sección Antiterrorista de la División de Seguridad Nacional y la investigación a Hunter Biden, hijo del actual inquilino de la Casa Blanca, por presuntos delitos fiscales y una declaración falsa relacionada con la compra de un arma.
Está por ver sin embargo la influencia que pueda jugar Trump en los dos próximos años antes de las presidenciales de 2024, a las que confirmó esta semana que se presentará como candidato.