25N, OBJETIVO COMÚN
EL bochornoso espectáculo en torno a la ley de libertad sexual, bautizada popularmente como ley del ‘solo sí es sí’, alentado por un gobierno incapaz -la última fricción motivada por la ministra Montero acusando de machista a la judicaturano puede ni debe desviar la importancia del 25N en el objetivo que como sociedad tenemos de luchar y erradicar la violencia de género y apartar, aunque bien parece lo contrario por la soberbia y chapuza del gobierno de Pedro Sánchez, a los agresores, abusadores y violadores que han atentado o piensan hacerlo contra las mujeres.
Es ese el propósito que, desde el consenso, ha motivado a las administraciones un año más impulsar la campaña ‘Almería Unida contra la Violencia de Género’, en la que participan el Ayuntamiento con la Subdelegación del Gobierno, el Instituto Andaluz de la Mujer de la Junta de Andalucía, la Diputación Provincial, el Hospital Universitario Torrecárdenas y la Universidad de Almería (UAL).
Más de una veintena de actividades organizadas por el Consistorio vuelven a insistir en un mensaje único e
Más de una veintena de actividades organizadas por el Consistorio vuelven a insistir en un mensaje único
inequívoco: No al maltrato y a la violencia contra la mujer. Un amplio programa en el que se incluyen exposiciones, concursos artísticos, charlas, jornadas formativas e informativas, cine, música, talleres, campaña en redes... coronado todo ello con la lectura de una Declaración Institucional, impulsada desde el Consejo Municipal de la Mujer, el mismo día 25 de noviembre, a las 12.00 horas, en la Plaza Vieja, y la convocatoria que desde aquí hacemos de nuevo a la sociedad almeriense a manifestarse contra esta lacra social.
La sociedad almeriense debe tener una actitud firme de repulsa y rechazo a la violencia y un recuerdo también a las 38 mujeres que este año han sido asesinadas por la violencia de género. Hay que seguir alzando la voz ante conductas machistas y violentas, a rebelarse contra todo aquello que suponga un ataque, vejación o agresión a la mujer, pero toca también poner racionalidad y dejar de lado el sesgo ideológico, principalmente si el resultado final es beneficiar al agresor, como, por desgracia, está pasando por la impericia en la gestión de los impulsores de la chapucera ley del ‘solo sí es sí’.