PORCIA MAURA
AYER domingo, 20 de noviembre, el Ayuntamiento de El Ejido celebrará la inauguración de la rotonda de acceso al Centro de recepción de visitantes de Ciavieja a la que pondrá el nombre de Porcia Maura. Y ustedes se preguntarán con toda razón ¿Quién es esta buena señora? ¿Una destacada científica, escritora o política de nuestro pasado o presente local? Pues, no. Ninguna de las tres propuestas. Se trata ni más ni menos que de una ilustre vecina de El Ejido de hace 2000 años. Y no piensen que se trata de una fantasía propagandística que se inventa la institución municipal para armarse culturalmente de una mayor prosapia y prestigio histórico; responde a un hecho histórico perfectamente constatado en un documento epigráfico, concretamente un pedestal, que sirvió de soporte a una estatua funeraria erigida en su honor. Porcia Maura fue esposa y madre de una ilustre familia de la antigua ciudad romana de Murgi, asentada en tiempos del Imperio Romano en el territorio que actualmente ocupa la ciudad de El Ejido, heredera orgullosa de tan prestigiosa ascendencia. Su esposo Lucio Pedanio Venusto y sus hijos Lucio Pedanio Claro y Lucio Pedanio Lupo, sin duda destacados “empresarios” de la ciudad como correspondía a su condición de libertos, habían obtenido del senado municipal la autorización para erigirle el honor de una estatua funeraria en un lugar que previamente les había cedido. Como contrapartida a la donación municipal, la familia de Porcia Maura quiso manifestar su agradecimiento con un no menor gesto de generosidad y reconocimiento, tanto a la institución como al conjunto de la ciudadanía “murgitana”, organizando y costeando a sus expensas la celebración de una serie de actividades recreativas y culturales. Sabemos que la familia de los Pedanios era oriunda del noreste de Hispania, probablemente llegados a este rincón de la Bética como comisionados de algún gran empresario relacionado con la actividad minera. Sin embargo, no es tan segura la información sobre la procedencia de Porcia que bien pudo venir en compañía de su esposo, o quizá (y es muy probable) ya residiera en este lugar. En efecto, Porcia, había sido una antigua esclava liberada por algún miembro de la “gens Porcia”, una familia romana que desde su primitivo asentamiento el s. I a.C. en el Alto Guadalquivir se había extendido progresivamente hacia la costa. Oriunda del norte de África como deja clara constancia el étnico que manifiesta su “apellido”, Maura recibió el “nombre” Porcia de su patrón, cuando recibió la manumisión de sus antiguos dueños según establecía la legislación. Maurus y Maura, “apellidos” que se extendían por la costa del sur de la Bética en época romana, vienen a ser como un antecedente de la intensa población del mismo origen que actualmente se asienta en El Ejido. Ella, Porcia Maura, vivió una integración plena en la sociedad de su tiempo y por su bien hacer fue reconocida merecidamente por sus conciudadanos, lo mismo que hace hoy el Ayuntamiento y ciudadanos de El Ejido.
Maura recibió el ‘nombre’ Porcia de su patrón, cuando recibió la manumisión de sus antiguos dueños