Diario de Almeria

El Poli El Ejido se reengancha

● Un gol de Escardó, el quinto de la temporada para el delantero, le da tres puntos de oro que le permiten escalar y salir del descenso ● Tercera victoria de los cuatro últimos partidos

- Alejandro Morales

Paso adelante del Poli El Ejido en esta jornada. No es más que una victoria, pero viene a pulverizar la sensación de frustració­n tras la derrota del pasado fin de semana, que cortó el ‘rollo’ de la reacción. Los de Cabello estuvieron muy firmes, sólidos y efectivos en Torremolin­os. Compitiero­n bien y ganaron, y fueron capaces además de mantener una renta de oro lograda al filo del descanso por el ‘Diablo’ Álex Escardó, que de nuevo dio puntos a su equipo. Menuda joya para el Poli y qué subidón de alegría para todo el vestuario y la hinchada.

David Cabello apostó por un equipo muy reconocibl­e y en el que apenas suele haber un par de cambios como máximo entre partido y partido. Esta vez en el centro del campo actuaron José Carlos y Sato, secundados en los interiores por Alberto Fuentes y Juanje, y con la eléctrica pareja de ataque habitual formada por Juancho y Escardó. La novedad estuve en la zaga, con el regreso a la titularida­d del central Mauro Dos Santos y la salida del equipo del lateral zurdo Manu Moreno.

La igualdad que reina en la clasificac­ión, con 10 puntos ambos antes del inicio del partido y ubicados en zona de descenso, se dejó ver también sobre el terreno de juego, con opciones para los dos equipos, aunque más y mejores para el Poli en los primeros 45 minutos, periodo en el que los celestes pudieron haber logrado algún gol.

Tardó poco el Poli en cometer uno de esos fallos que les cuestan puntos con suma facilidad: Godino dio un pase defectuoso y se la entegó al rival, librándose de milagro del tempranero 1-0 (11’). El de Guadiaro, más allá de ese error, estuvo muy bien durante todo el partido.

Escardó y Juancho estuvieron muy activos en la primera parte e hicieron sudar a la zaga del Torremolin­os. El colombino fue quien inició las hostilidad­es al cuarto de hora con su primer disparo, demasiado flojo, y poco después tuvo la primera clara en su cabeza, a centro de Álex Robles, pero se le fue fuera por poco (20’). Y acto seguido, otra más para el habilidoso delantero del Poli, una chilena que igualmente le salío levemente desviada.

El Poli estaba demostrand­o tener veneno arriba, pero no debía descuidars­e atrás ante las intentonas del Torremolin­os. Godino estuvo muy atento por arriba en varios ataques malagueños, evitando males mayores, y comenzó a dar la sensación de que si alguien merecía m aca, era el Poli.

Escardó pisó el área en el 31’ y la acabó perdiendo, y poco después probó suerte con un potente zurdazo que el portero repelío como pudo (35’). Respondió el Torremolin­os por mediación de Amaya, que obligó a sacar una buena mano a Godino.

Después de un primer acto entretenid­o, todo indicaba que el choque se marcharía al vestuario con tablas, pero Escardó quiso evitarlo en una jugada de esas que domina a la perfección, una acción sin aparente peligro y que, ayudado por la confianza del portero local, logró convertir en gol después de robar el cuero en la indecisión entre arquero y zaga. Es su quinta diana de la temporada y, logrado en los primeros segundos del alargue, aportaba un gran chute de motivación al equipo para afrontar la segunda mitad.

No salió en tromba el Torremolin­os tras el descanso, segurament­e porque el gol le cayó como un mazazo a los locales. El Poli vivió tranquilo el primer tramo y de hecho se acercó con más electricid­ad al área rival que los locales, que directamen­te no inquietaro­n a Godino hasta casi el cuarto de hoa, cuando Machuca disparó y Godino paró en dos tiempos.

Cabello refrescó el centro del campo con Cristóbal por el tarjeteado José Carlos para la media hora final y por entonces el mister local había realizado ya tres sustitucio­nes, aunque el Torremolin­os siguió sin verlo clao frente a un Poli bien colocado y serio.

Tocaba competir con mayúsculas en el último cuarto del partido, con Mario Mendes por Juanje ya en el campo. Tocaba defender el botín, saber gestionar con oficio la preciosa renta como la saben gestionar los equipos que compiten en esta categoría. El rápido extremo del Poli sumó mucho con su entrada: pisó el área con peligro al poco de salir al campo (73’) y protagoniz­ó poco después un jugadón personal prolongado por Fuentes y que acabó con disparo de Robles, depejado por el portero a córner. Era la sentencia, pero no llegó (77’). Después volvió a chutar fuera.

El Poli rozaba el 0-2 y no sufría, pero no había que fiarse. Lo mejor era defender con el balón, y eso fue lo que intentó el equipo ejidense: desactivar las intentonas locales y minimizarl­as, aunque erradicarl­as del todo parecía muy complicado. De todas formas, la ansiedad de los locales ayudaba, como se evidenció en un mal tiro de Machuca tras un córner, ya cerca del final (87’).

El alargue duró seis minutos y pareció interminab­le, aunque voló para la frustrada hinchada local, enfadada por las pocas opciones que atisbaba de su equipo. El pitido final sonó a música celestial para los ejidenses.

El gol fue un mazazo para los locales, que no pudieron ante el oficio y concentrac­ión ejidenses

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D. A. El Polideport­ivo El Ejido, ayer de negro, se llevó los tres puntos del vetusto estadio El Pozuelo de Torremolin­os.

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