“A Cádiz le hace falta gente, Ulises que retornen como mi padre”
● Pedro Pérez-Llorca rememora la conexión de toda su familia con la ciudad ● “Este premio no es para mí, es genético y a título póstumo, y lo agradezco con más razón” ● “Todo lo que he hecho es amarrar el despacho de mi padre y hacerlo crecer”
●
LA historia de Pedro PérezLlorca es la de toda una saga de gaditanos que encontraron en Cádiz bien su destino o el punto al que retornar. Es la historia de Eneas y Ulises, dos personajes de la mitología grecorromana cuyos relatos fueron hilvanando el telar de su discurso con motivo del VI Premio Federico Joly que patrocina la Fundación Unicaja, y que recibió en el Parador Atlántico de la capital gaditana de la mano del presidente del Grupo Joly, José Joly, y el de Unicaja, Sergio Corral.
Con el inconfundible plante y gestualidad que a ratos traía la impronta de su padre, José Pedro Pérez-Llorca, el premiado tejió los hilos de su historia entre la urdimbre “que son los hilos que uno tensa en vertical en sentido del telar”, y la trama “que lo va cosiendo de forma más sinuosa”.
Con la urdimbre de la mitología fue construyendo esta trama, a base de la historia vivida en primera persona o en la persona de sus antepasados.
Primero habló de Eneas, el héroe de la guerra de Troya que tuvo que salir corriendo y que empujado por su destino llegó a Italia y a su amor Lavinia. Y a continuación se centró en Ulises, el otro héroe de la guerra de Troya “que tras ganar emprendió el retorno a Ítaca, su casa, a la que tardó en volver, y a la que llegó más anciano, pero más sabio”.
En este último personaje encontró la identidad de su padre, “Ulises, un señor que sale joven y vuelve a Cádiz 40 años después” tras marchar muy joven a Madrid, “por lo que supongo que mi madre es Penélope”.
Un paralelismo que tomó más sentido recorriendo aquellos parajes que visitó Ulises y que autores como Wilkens sitúan en Cádiz su Ítaca, más concretamente, “en la playa de la Caleta”.
Pero si su padre firmó la historia del retorno fue gracias a otros tantos trayectos de ida de aquellos ancestros que “encontraron la conexión con Cádiz, pues los Eneas de mi familia llegaron aquí empujados por su destino”. Citó a los bisabuelos que no conoció, Jaime Pérez y Vicenta Llorca. “Él era capitán de almadraba y terminan asentándose en Cádiz”. Y a Leonardo Rodrigo y su mujer, un médico colonial en Filipinas “que como en Troya es empujado a Cádiz, donde se hace catedrático y llega a ser decano”. También rememora a sus hijos, “el tío Perico, Pedro Rodrigo Sabalette, que falleció en la explosión del 47” y su abuela Carmen, que se casa con Pepe Pérez-Llorca.
Fruto de este matrimonio nacieron Jaime Pérez-Llorca, “oftalmólogo y senador socialista que vive y muere en Cádiz”; Leonardo Pérez Rodrigo, que era diplomático, y su padre, que se casa con su madre, la cordobesa Carmen Zamora, la Penélope de esta historia.
Un trayecto de ida y vuelta, el viaje propio de la vida, que con él da la vuelta a la trama, esgrimió el abogado. “Porque yo soy un gaditano no binario, es decir, que no soy de Cádiz pero lo contrario tampoco”. Un gaditano que ayer recogió un merecido premio, “aunque yo sé que no es para mí, es un premio genético y a título póstumo, por lo que lo acepto y agradezco con más razón”, pues ha sido concedido por una importante trayectoria que ha situado el despacho de su padre en el mapa de todo el mundo. “Todo lo que he hecho en mi vida han sido dos cosas, tratar de amarrar el despacho de mi padre y hacerlo crecer, algo que mi padre no hizo no porque no supiera, sino porque no lo necesitaba, no necesitaba presumir de despacho, pero yo sí”, dijo con humor.
Así que su periplo en el bufete se ha dividido en la tarea de empresario y de abogado. De los prime
Soy un gaditano no binario, es decir, que no soy de Cádiz, pero lo contrario tampoco”