SÍ O NO, PERO NO LAS DOS
EL Mundial ha arrancado y nadie sabe cómo puede acabar a tenor de las críticas contra los gobiernos iraní y catarí por su represión y vulneración de los derechos humanos. La solución no le corresponde al fútbol, sino a los gobiernos, pero la transcendencia del Mundial juega a favor de los populismos y la hipocresía. Héctor Bellerín ha sido de los que se ha llevado la palma, a mi juicio. El lateral del FC Barcelona ha reconocido que se entristece de no haber sido seleccionado, pero también ha admitido que “una parte de mí se alegra porque no sé si lograría disfrutar de la carga de las 6.500 personas fallecidas en el proceso de un simple Mundial de fútbol”. La pregunta es cuáles habrían sido sus declaraciones de haber sido elegido por Luis Enrique. Muchos juegan a la ambivalencia. Este periodista se pregunta por qué acuden cuando son citados si no están de acuerdo con las condiciones del Campeonato como declaran cuando no lo son. Cuando este doble lenguaje aparece recuerdo el caso Nacho. Este lateral izquierdo del Compostela llamó la atención de Javier Clemente, entonces seleccionador nacional, quien se planteó convocarle para la Eurocopa del 96. El jugador, nacionalista gallego que empleaba mayoritariamente este idioma y acudía a manifestaciones sindicales, llegó a declarar: “Ni me interesa ni me apetece. Mi ambición no es esa, prefiero estar así, me encuentro más a gusto”, admitió en un entrevista concedida a El País. El futbolista y el seleccionador hablaron y la charla despejó la idea del ‘Rubio de Barakaldo’ de citarle. Su sueño era jugar con la selección gallega. No lo cumplió y hubo de conformarse con ser segundo de Fernando Vázquez, entonces seleccionador gallego, en un amistoso entre selecciones autonómicas disputado San Lázaro, en 2005.