CARMENES, una revolución
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“Ahora que España ha ‘heredado’ de esta instalación científica mayor, tenemos que cuidarla y desarrollarla aún más, invirtiendo (un poco de) dinero en ella. Y protegiendo su cielo de la contaminación lumínica que rodea al observatorio, con leyes medioambientales beneficiosas para tod@s”, añade Gilles Bergond.
Calar Alto ha entrado en un periodo de tranquilidad tras la crisis generada a finales de la década pasada con la marcha de Max Planck. “Diría que CAHA se encuentra en uno de sus mejores momentos, por no decir el mejor”, asegura Gilles Bergond. Prueba de ello son las 119 publicaciones en revistas científicas en 2022, que marca un récord y los espectaculares descubrimientos recientes. En particular, los más de 60 exoplanetas descubiertos con el instrumento CARMENES en el telescopio de 3.5 metros.
Gilles es claro al respecto, si que quiere mantener esta “buena racha, hay que seguir invirtiendo en la renovación de nuestros telescopios e instrumentos, para que queden a la vanguardia de la tecnología y permitan hacer nuevos descubrimientos e investigaciones punteras en la era de los telescopios gigantes en tierra y en el espacio”.
El científico manifiesta que los telescopios de Calar Alto “se hacen mayores y pequeños”, pero aún así, son opto-mecánicamente hablando, inmejorables. Pero “para mantenerlos competitivos, hay que renovar su sistema de control e instrumentación de manera periódica. Cosa que estamos haciendo en el 3.5 m con los espectrógrafos CARMENES-PLUS y TARSIS, o en el 2.2 m con la cámara PANIC y el espectrógrafo CAFÉ (hermano pequeño de CARMENES en el visible) mejorados.
La búsqueda constante de nuevos
CARMENES ha sido un revulsivo para Calar Alto. Desde que entró en servicio, el 1 de enero del 2016, ha cazado a más de 60 exoplanetas, al detectar en los espectros el sutil “bamboleo” gravitacional que produce un planeta orbitando su estrella. En 1995, cuando se detectó (con el mismo método del “bamboleo”, desde el observatorio de Haute-Provence) 51 Pegasi, el primer planeta orbitando alrededor de otra estrella, se abrió una nueva era en la astrofísica moderna. “Por primera vez, teníamos la prueba de que había otros “mundos” fuera del sistema solar”, explica el astrofísico de Calar Alto, Gilles Bergond, agregando que “tanto para la comunidad científica como para el público, descubrir esos exoplanetas, algunos en la zona de habitabilidad donde pensamos que alguna forma de vida pueda desarrollarse, es muy llamativo por no decir emocionante. Por eso creo que los descubrimientos de CARMENES, como Teegarden b y c, o GJ1002 b y c (otros 2 planetas en la zona habitable), tienen tanta repercusión en los medios de comunicación y ponen a Almería en el mapa”. Hoy en día, CARMENES sigue siendo un instrumento único en el mundo por su amplia cobertura espectral, que suma un canal visible (la luz que puede ver nuestros ojos) y un canal infrarrojo (más allá de lo que ve el ojo humano). Canal infrarrojo que además vamos mejorando dentro del proyecto CARMENES PLUS, dándole aún más precisión, para mantener el instrumento a la vanguardia de los “cazaplanetas” retos no cesa en el observatorio . En la actualidad, están buscando a la Tierra 2.0. “Hemos encontrado una, ya en 2019: el exoplaneta Teegarden b, que orbita en la zona habitable alrededor de la estrella de Teegarden, a tan solo 12,5 años-luz de nuestro Sol. Teegarden b es todavía el planeta encontrado más parecido al nuestro”, manifiesta el astrofísico.
Y lo que queda. “Vienen más exoplanetas por descubrir, con dos grandes programas de legado en curso en el telescopio de 3.5 m, llamados CARMENES-Legacy Plus y KOBE”.
Con los 5 mayores telescopios (espejos de entre 1.1 y 3.5 m de diámetro) pertenecientes a Calar Alto, el centro observa todo tipo de objetos celestes, desde los asteroides rozando la Tierra (o NEOs, que la Agencia Espacial Europea vigila con nuestro telescopio de Schmidt) hasta las galaxias y cuásares más lejanos en el Universo.
Para estudiar esos objetos variados, Calar Alto ofrece decenas de noches de observación cada semestre a la comunidad astronómica (inter)nacional, en un proceso altamente competitivo llamado “tiempo abierto”: cada equipo manda una propuesta para observar objetos de su interés, y un comité independiente selecciona solo las mejores de esas propuestas, que obtendrán tiempo de telescopio.
Aunque en los últimos años, el centro dedica gran parte del tiempo de observación a tres grandes líneas, a través de largos programas observacionales, aprobados por otro comité. entre ellas se encuentra la búsqueda (exitosa) de exoplanetas con CARMENES, a través de los legados CARMENESPlus y KOBE; el estudio de galaxias activas y de sus agujeros negros supermasivos, en colaboración con investigadores chinos, usando el telescopio de 2.2 metros unas 220 noches al año; el proyecto CA