Y LA IZQUIERDA A LA IZQUIERDA
riesgo de un cambio de país con el PP y Vox en el Gobierno. Pasará de puntillas por la experiencia del Gobierno de coalición si Podemos no pone la directa contra el PSOE y sus servidumbres y miedos “ante los poderosos” y veremos cómo modulan el discurso los socialistas en función del posible acuerdo o desacuerdo de Podemos y Sumar. Los socialistas también pondrán el foco en Feijóo. Consideran que se ha desinflado como candidato. Así, tratarán de evidenciar sus errores y debilidades. Sánchez también aprovechará la excelente palanca que le ofrece la presidencia de turno de la UE a partir del 1 de junio para intensificar su visibilidad, sus contactos y jugar en un escenario internacional que
prestigia a la vez que permite perder de vista las polémicas domésticas. Montado en la presidencia europea llegará a la disolución de las Cortes generales, salvo tragedia griega imprevista e improbable.
EL PP: ENMIENDA
A LA TOTALIDAD
El PP lo tiene claro: enmienda a la totalidad. Han sido cuatro años baldíos y que han supuesto un retroceso para el país. Los pactos: la coalición, ERC y Bildu, con todo el añadido de las listas electorales, volverán a presidir el día a día declarativo y los argumentarios de campaña. Sánchez como un presidente okupa y sin escrúpulos, entregado a separatistas y etarras. O sea, la idea de la
ilegitimidad fundacional de la legislatura elevada a la enésima potencia. Las “trampas” estadísticas para hinchar los datos de empleo y otros subterfugios para cuestionar la gestión económica. Y Feijóo se pasará la campaña nadando y guardando la ropa respecto a Vox. Procurará no decir nada que le comprometa ni nada que enfade a su posible y necesario socio para gobernar si los números le vienen de cara.
Uno de los elementos claves de los próximos meses es saber si Podemos y Sumar cerrarán un acuerdo o irán en listas separadas. La segunda opción es veneno para ambos y letal para el
PSOE en sus aspiraciones de sumar escaños para renovar el Gobierno. Lo más sensato para ellos es que la plataforma de Yolanda Díaz y Podemos se pongan de acuerdo aunque sea de mentira. A estas alturas lo que cabe esperar es un acuerdo de convivencia, con los dientes apretados y con mucho mar de fondo. Ninguno de los dos puede asumir un mal resultado electoral –que sería imputable al indivisible afán de protagonismo de todos y la falta de generosidad– ni la consecuente segura pérdida de un Gobierno de izquierdas que, a la vez, le abriría la puerta a uno de derechas y posiblemente con los de Santiago Abascal dentro. Ésa es mucha digestión tanto para Podemos como para Sumar.
YOLANDA DÍAZ, NI
CONTIGO NI SIN TI
A Yolanda Díaz le han fallado dos cálculos: que Podemos iba a sucumbir ante el empuje de su artefacto, que se entregaría dado que ya había sido nombrada candidata por Podemos y que los sindicatos serían su plataforma electoral. Los secretarios generales de UGT y CCOO ni siquiera asistieron a la presentación de Sumar, acto al que estaban invitados. Desde la reconversión industrial del PSOE en los 80 y algún desencuentro más con el Gobierno de Felipe González, los sindicatos han aprendido bien cuánto vale y cómo se practica la independencia de los partidos políticos, una asignatura que, por otro lado, tenían pendiente desde una transición en la que los intereses eran tan mayúsculos e indisolubles que la independencia les resultaba imposible.
Podemos erró al creer que Yolanda Díaz, investida por Pablo Iglesias como candidata in pectore, sería razonablemente manejable y leal; y remaría a favor de los intereses de Podemos. En realidad, la ministra de Trabajo ha hecho lo contrario: una enmienda a la totalidad del significado de Podemos. Con la creación de Sumar ha venido a decir que el partido que la metió en las listas electorales ya no sirve como elemento trasformador de la sociedad y como reclamo electoral. Si no lo creyera para qué iba a montar su propio partido. Así que ha hecho un caballo de Troya construido desde su acceso a las listas y su posición en el gabinete. Y a consecuencia de esos movimientos ha llegado a la campaña municipal pidiendo el voto para distintos partidos, igual para Podemos que Compromís. Ni contigo ni sin ti. Esquizofrenia total.
Esto es lo que queda de aquí a diciembre, sin perder de vista el apretón de Vox al PP tanto con la temática de campaña como con los pactos futuros, y la desaparición de Cs, ya reducido a cenizas.