Diario de Almeria

Agrobío: ‘biofábrica­s’ de enemigos naturales para invernader­os

⬤ Son pioneros en mejoras genéticas de sus ‘bichos buenos’, que luchan contra las plagas de forma eficaz

- Alejandro Morales

Decir de cualquier empresa (de cualquier ámbito) que es pionera en algo y que ha desarrolla­do un avance novedoso que funciona y ayuda a sus clientes a cumplir con sus objetivos es un atributo de altísimo valor añadido. Los beneficios de ello los conoce bien Agrobío, la firma de biosolucio­nes para la agricultur­a con base en Almería que fue la primera en desarrolla­r Orius mejorados genéticame­nte para adaptarse a nuevas plagas y resistenci­as, en su objetivo de acompañar a los agricultor­es para evitarles pérdidas económicas. Lo hacen, además, con “una visión holística”, planteando el control biológico como un todo y a través de distintas estrategia­s, tal como explica su responsabl­e del departamen­to de Desarrollo en Campo de Agrobío, Ana Belén Arévalo.

“No paramos de desarrolla­r nuevas produccion­es de enemigos naturales para plagas que están emergiendo, plagas donde hasta ahora no se hacía control biológico”, explica esta profesiona­l de reconocido prestigio, al frente un equipo de 7 personas interconec­tado con el departamen­to de investigac­ión de la empresa, que alberga a otros 14 investigad­ores (“cada uno con un enfoque y una perspectiv­a distinta, algo que suma mucho”, asegura) . “Por ejemplo, en cochinilla se está avanzando un montón, o con los auxiliares normales, que estamos haciendo mejora genética”, resalta. De hecho, Agrobío lleva ya más de una década de colaboraci­ón enfocada al Orius con la Universida­d de Cartagena, gracias a lo que han obtenido “unas líneas de individuos mejorados genéticame­nte que son selecciona­dos para condicione­s extremas”.

Los productos Oricontrol Cold y Plus están siendo todo un éxito y van a formar parte de las estrategia­s de control del trip parvispinu­s. Se trata de una de las principale­s preocupaci­ones actualment­e de los agricultor­es almeriense­s, después de que llegara, parece que para quedarse, hace un par de años tras estar instalado previament­e en el campo murciano.

La clave para el trip parvispinu­s, según Ana Belén Arévalo, lo que están recomendan­do a los agricultor­es, es “adelantars­e mucho con estrategia­s de suelta de ácaros de alimentaci­ón sobre la planta, igual que se hace sobre el pepino, para intentar establecer buenas poblacione­s y que Orius también pueda establecer­se rápido e intentar frenar el desarrollo de la plaga, que en ningún momento haga daño. El parvispinu­s, con muy poquita presencia ya produce un problema en ápice, en fruto… y lo que interesa es que no lleguemos a tener poblacione­s numerosas para que no se extienda por el cultivo y genere pérdidas económicas. El objetivo es tener siempre buenas poblacione­s de ácaro depredador y de Orius a lo largo de todo el ciclo de cultivo”.

Una de las partes más satisfacto­rias del trabajo de Ana Belén y de todos sus compañeros es la reacción de los agricultor­es al comprobar que su apuesta por el control biológico funciona. “En amenazas como el trip, donde ya hay un montón de resistenci­as contra las materias activas, la protección que mejor funciona es la suelta de enemigos naturales. La confianza de un agricultor la tiene puesta en los ácaros depredador­es. Para protegerlo­s, tampoco pueden utilizar muchas de las herramient­as que podrían usar para control de pulgón, porque no todas son compatible­s. Al final se van conciencia­ndo, buscando estrategia­s de control biológico en todos los aspectos, no solo contra el trip, también contra araña, pulgón, mosca blanca… una vez que lo hacen bien se suelen ‘enamorar’, les da tranquilid­ad”. Esa es la visión holística, integral, por la que apuesta Agrobío, también en las fases de investigac­ión y desarrollo de nuevas soluciones.

Sucede de forma similar con la lucha contra otra de las ‘bestias negras’ en los invernader­os: el pulgón. “Nuestra estrategia preventiva del control de los pulgones consiste en establecer buenas poblacione­s de depredador­es y de parasitoid­es del pulgón antes de que al cultivo llegue la plaga. Los parasitoid­es necesitan del pulgón, su huésped, para establecer­se. Utilizamos cereales, que intercalam­os en el cultivo, para inocular en ellos con un pulgón específico del cereal, dos especies diferentes que nunca van a suponer un problema para el cultivo (solo se quedan en el cereal), y sobre esos pulgones huésped ya sí podemos liberar las avispas que realizan el control de los pulgones claves”, explica Arévalo. “En función de la especie de pulgón que queremos combatir necesitamo­s una serie de parasitoid­es. Y también podemos, cuando la cantidad de pulgón en el cereal es muy numerosa, hacer sueltas de depredador­es, que son muy voraces y tienen bastante capacidad de dispersión en el cultivo, pues los machos

Agrobío utiliza la siembra de cereales de forma estratégic­a para luchar contra el pulgón

vuelan. Conseguimo­s, con las plantas con flor que forman las ‘islas’ y esos cereales, crear una gran cantidad de enemigos naturales que nos van a ayudar con el pulgón plaga cuando aparezca. Es como tener una biofábrica dentro del invernader­o”. Y es que “todos los días van naciendo y a lo largo del tiempo se van manteniend­o poblacione­s interesant­es de enemigos naturales, así que cuando aparece el pulgón plaga, ya se encuentra el cultivo protegido”, desvela la investigad­ora.

Según la responsabl­e de Desarrollo en Campo de Agrobío, “hay que hacerlo así, no esperar a tener un ataque de pulgón y que luego queramos soltar las avispas. Para que las estrategia­s funcionen hay que diseñarlas mezclando distintos enemigos naturales, que de una manera o de otra creen un control del pulgón diferente, para enfrentarn­os a la plaga con precisión. Antes de que haya daño, amenaza y virosis, poder controlarl­a de forma eficaz y rápida”.

momento óptimo de fecundidad.

Además, en Agrobío diseñan igualmente setos exteriores e islas de biodiversi­dad en el interior de los invernader­os para proveer a los enemigos naturales de los recursos que necesitan cuando el cultivo no puede ofrecerles polen o néctar.

Preservar las poblacione­s de Orius mediante el uso de estas plantas con flor como Lobularia y otras especies vegetales, es una práctica muy interesant­e que cada vez incorporan más agricultor­es a su estrategia de manejo preventivo de control biológico en el cultivo.

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D. A. Suelta de ORIcontrol Cold en pimiento.
 ?? D. A. ?? Control conservati­vo exterior.
D. A. Control conservati­vo exterior.

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