Diario de Almeria

“La agricutura ecológica local es una fuente de oportunida­des”

Carmen Quintanill­a señala la necesidad de generar conciencia sobre el desarrollo rural que supone consumir productos ecológicos de proximidad

- MACARENA GONZÁLEZ

FUNDADORA y presidenta de Afammer, Confederac­ión de Federacion­es y Asociacion­es de Familias y Mujeres del Medio Rural, desde 1982, una organizaci­ón de mujeres rurales que nace en la época “de la España profunda” en la que aún no se hablaba de derechos humanos ni igualdad.Forman parte de AFAMMER más de 198.573 mujeres hoy en día, y están presentes en 15 organismos internacio­nales.Desde dicha organizaci­ón se desarrolla­n proyectos muy importante­s en referencia a la formación y liderazgo, marco en el que se encuadra una nueva iniciativa: ‘Raíces: Mujer, Agroecolog­ía y Proximidad’. Este proyecto se desarrolla en colaboraci­ón con Legados, asociación que trabaja en favor de la acción climática, y alberga una cita muy especial este fin de semana en la provincia de Almería. Centrándos­e en la agricultur­a ecológica y de proximidad, se va a llevar a cabo en el municipio de Adra una ‘Ecoferia’ que conecta a los consumidor­es con el producto ecológico de proximidad.

–Afammer, en colaboraci­ón con Legados, desarrolla ‘Raíces: Mujer, Agroecolog­ía y Proximidad’ ¿Cómo nace este proyecto? ¿Con qué objetivo?

-Este proyecto nace en primer lugar porque Legados es una organizaci­ón internacio­nal que busca a una organizaci­ón como AFAMMER porque trabaja desde el sentido común. Tratamos de esta manera de unir la sostenibil­idad al ecologismo y a la propia producción de los agricultor­es como saben hacerlo desde siempre. Por ello, surge desde el compromiso que Afammer tiene en la vertebraci­ón del territorio y del liderazgo de las mujeres rurales. El objetivo de esta colaboraci­ón es el desarrollo

de un proyecto centrado en la agricultur­a biológica y/o ecológica de proximidad como fuente de oportunida­des para las productora­s mujeres y los productore­s locales que viven en áreas rurales, con el fin de ofrecer un proyecto de calidad. –¿Una de las grandes propuestas del proyecto es la cita que tendrá lugar en Adra, la ‘Ecoferia. ¿En qué consiste?¿Qué vamos a encontrar en este evento?

- Esta feria permitirá a las zonas rurales generar riqueza y poner en valor nuestra soberanía alimentari­a, además de fomentar las economías locales para alcanzar un desarrollo

sostenible que genere recursos y empleo con el objetivo de fijar población. Vamos a ver una exposición de productos ecológicos, pero también algunos ejemplos de mujeres que están relacionad­as con el empleo basado en la agricultur­a ecológica, como es el ejemplo de una mujer que fabrica ‘sobrasada vegetal’ y la comerciali­za. Un producto que tradiciona­lmente se obtiene del cerdo, y que gracias a la innovación y el trabajo de una mujer se ha convertido en un alimento innovador y exquisito. Otra de las actividade­s es un cátering regentado por madre e hija, que elabora comida casera a partir de materias primas ecológicas y que distribuye­n ellas mismas a demanda de empresas de hostelería. Va a ser una feria con alto contenido de color, de productos ecológicos, pero también de ejemplos de mujeres que han apostado por poner en marcha esta producción ecológica, como la distribuye­n, y cómo a partir de ellos pueden crear otra serie de elementos gastronómi­cos novedosos.

–¿Por qué se ha elegido Adra como sede?

-La zona de Poniente es una de las que poseen la renta per cápita más alta de España, como consecuenc­ia de los invernader­os. De esos invernader­os, hoy tenemos que decir que hay 79.000 hectáreas de cultivo ecológico y 4.700 de hortalizas en Almería. Ese producto ecológico necesita canales de distribuci­ón para la comerciali­zación en proximidad al consumidor.

–¿Qué papel juega Affamer en esta ‘ecoferia’?

-El de relacionar la producción agrícola y ganadera orgánica como producto de proximidad para cambiar el marco de consumidor­es hacia empresas locales. Esa red de empresas que desarrolla­n este tipo de productos, ha llegado a 40 gracias al proyecto ‘Raíces’. Tratamos mediante este encuentro de fomentar los canales de distribuci­ón ‘en corto’ y generar conciencia sobre el consumo responsabl­e basado en el producto local.

–¿Cómo considera que el empoderami­ento de la mujer contribuye con el desarrollo sostenible?

-En veLa mujer posee un eje esencial en el desarrollo de sus territorio­s. Afammer lleva 42 años hablando de la igualdad de oportunida­des de las mujeres rurales, qué mejor que fomentar un proyecto de igualdad y derechos humanos que el de tener derecho al empleo, porque el empleo es libertad. Cuando una mujer tiene empleo, decide sobre su vida rompiendo con las cadenas que la puedan atar. Además, asenta población y por lo tanto este es un gran proyecto de igualdad de oportunida­des.

–La mujer en la agricultur­a, y concretame­nte en las cadenas de producción, existe una feminizaci­ón en la base y una gran ausencia en la cúspide. ¿Siguen existiendo muchas desigualda­des en el sector?

-De aquí a diez años espero tener trabajo pero La feminizaci­ón del campo no se ha dado, las desigualda­des siguen existiendo. Desgraciad­amente todavía estamos frente a una gran masculiniz­ación de las explotacio­nes agrarias que suponen un importante abandono de éstas en España, a consecuenc­ia de la jubilación del agricultor cuando alcanza la edad. Hay que potenciar que esas explotacio­nes caigan en manos de mujeres para que sean titulares de grandes explotacio­nes, no sólo de pequeñas. Hemos conseguido que el 30 % de mujeres lideren explotacio­nes agrarias en España, debido a sus pequeñas dimensione­s, muchas de ellas no tienen derecho a la subvención de la Política Agraria Común (PAC).

–¿Pensáis desarrolla­r este proyecto en otros territorio­s?

-Sí. le he planteado a Legados seguir con él en la zona de Murcia, la ‘Gran Huerta’ de Cartagena y en Galicia. A partir de ahí seguir llevándola a otras comunidade­s.

“Fomentar las economías locales para alcanzar un desarrollo que contribuya en el objetivo de afianzar la población con empleo”

su novela, Montfort explicaba que “quería que fuera una novela muy empática, que nos tocara la fibra, y que de alguna manera nos sintiéramo­s reconocido­s. Mi gran poder no es escribir, sino que todo el mundo me cuenta su vida. Todas estas historias me han ido surgiendo de entrevista­s que hice a muchas personas y su relación con sus padres. La idea de la novela era que se viera un poco el crisol de tipos de madres e hijas”. También subrayó que “a mi me encantan las historias de personajes, nosotros no somos seres lineales, todos tenemos nuestra vida laboral, nuestra vida familiar y nuestros amores”.

La autora, nacida en Barcelona, matizó que “la obra es una novela sobre conversaci­ones pendientes”, al tiempo que agregó que “la amistad es un tema importante en todas mis novelas. Es tan importante la hermandad de esas malas hijas como la hermandad de esas madres que tienen un misterio en el presente que es el extraño fallecimie­nto del paseador de perros. Los hijos no entendiero­n muy bien como mujeres tan distintas se hicieron tan amigas. Hay un misterio que las une en el pasado”.

En el caso particular de Vanessa Montfort en la relación con su madre, desveló que “mi madre es una mujer con mucho sentido del humor cuando se trata de hablar de cosas profundas. Es tremendame­nte inteligent­e y es una mujer con la que hablo prácticame­nte de todo. Como hija única, el cordón umbilical he tenido que cortarlo a hachazos. Es la persona, además, con la que más me divierto y más me río. Todo lo que se a nivel literario se lo debo a mi madre”.

Aparte de los ocho personajes de la novela, ocupan un papel importante los perros en la obra. “Yo iba a escribir una historia sobre madres e hijas. Pensé en un personaje que se pudiera meter en la vida o en las casas de este barrio de Madrid, que es la plaza de Oriente. Pensé en un paseador de perros. Este personaje, Orlando, que ha llegado mucho a los lectores, cuando empecé a escribir en el primer capítulo decido que muera, siendo uno de los protagonis­tas porque deja una agenda al morir en extrañas circunstan­cias. De repente me di cuenta que tenía más sentido muerto que vivo y me disparaba la trama desde la primera página”,.

“Los animales de compañía, en este caso los perros hacen una gran labor de acompañami­ento para las personas mayores. Hacen

una gran función con los mayores y me apetecía ponerlos en valor”, dijo Montfort. También reconocía que el amor no tiene edad. “En la novela hay dos historias de amor que no me esperaba. Una relación entre dos personas mayores, muy tierna que es una cosa que no entienden los hijos. Hay gente que se vuelve a enamorar en una residencia, algo que le cuesta aceptar a veces a los hijos”.

“A mí me han contado cosas muy duras, que aun teniendo autorizaci­ón no he registrado en esta novela. Además eran patrones que se repetían. No me gusta hablar de estereotip­os, más bien son prototipos, ya que intento resumir en unos personajes una serie de tendencias, de relaciones, por eso luego uno se ve identifica­do. Por un lado, somos todos muy diferentes, pero por otro lado, somos muy parecidos, sobre todo cuando hablamos de generacion­es”, dijo Montfort.

En lo que se refiere al escenario donde transcurre la novela, Montfort subrayó que “la Plaza de Oriente la había tocado antes en El sueño de la crisálida. Esa plaza me la imaginaba como un teatrillo, un lugar de vida para reunirse y encontrars­e. Esa plaza está llena de personajes que inspiran para escribir. Me interesaba que todo estuviera concentrad­o en un universo urbano manejable para contar algo más grande”.

Montfort ya está trabajando en su próxima novela, una historia muy interesant­e, una historia muy fuerte de época, con un personaje muy fuerte y algo más oscura”. La escritora se siente feliz en Almería, ya que ha comprado una casa en Agua Amarga, donde pasa muchos días y donde escribe muy inspirada. Montfort ha encontrado el paraíso.

Vanessa Monfort tuvo un recuerdo para Antonio Galindo, figura clave en ‘Diario de los Libros’

Montfort tiene una casa en Agua Amarga, un lugar donde se inspira para escribir

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Carmen Quintanill­a. | D.A.
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3, 4 y 5. Asistentes al acto literario celebrado en el Centro de Cultura de Cajamar. 6. Vanessa Montfort firmando libros.
7. Vanessa Montfort. 8. María Carmen Amate charlando con la escritora barcelones­a.
8 1. Antonio Lao, Vanessa Montfort y María del Mar Ruiz. 2. Montfort con organizado­res y patrocinad­ores del acto. 3, 4 y 5. Asistentes al acto literario celebrado en el Centro de Cultura de Cajamar. 6. Vanessa Montfort firmando libros. 7. Vanessa Montfort. 8. María Carmen Amate charlando con la escritora barcelones­a.
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