Diario de Almeria

“La venta del Seminario me parece una mala idea y me crea gran preocupaci­ón”

⬤ “Vender el Seminario no parece tener en cuenta el bien de la Diócesis. Aunque siempre cabe la pregunta de a quién beneficia” ⬤ “Los créditos que solicitamo­s tenían los permisos requeridos”

- Antonio Lao

MONSEÑOR ADOLFO GONZÁLEZ MONTES. OBISPO EMÉRITO DE ALMERÍA

Monseñor González Montes llega puntual a la cita en la sede de la Conferenci­a Episcopal Española el 17 de abril. Es la primera entrevista que concede desde que es Obispo Emérito de Almería. Se le ve ágil, inquieto y sin rencor. Para él han sido años duros. Años en los que se han dicho muchas cosas de su gestión, quizá demasiadas, a las que nunca ha respondido. Ahora, con la serenidad que el tiempo provoca, el Obispo Emérito responde a todas y cada una de las cuestiones que en los últimos años han provocado un terremoto de declaracio­nes, análisis, diatribas y hasta división en la Diócesis de Almería

–¿Cómo se siente en Madrid?

- Me encuentro bien, muchas gracias.

–¿Tiene la sensación de que vive un exilio?

- Madrid es referente de todos los españoles. Es difícil sentirse exiliado en Madrid, la villa que acoge e integra. Madrid es hoy cosmopolit­a y un prodigioso centro de cultura, y se ha convertido en centro del hispanismo. Siempre me ha gustado mucho Madrid, pero también estaría muy bien en Almería, Diócesis que he gobernado veinte años y donde me he convertido en un almeriense más.

–¿Cómo lleva todo lo que se ha dicho de usted

- De lo bueno, pues con satisfacci­ón; y de lo malo, como dice la carta a los Romanos, teniendo presente que «la tribulació­n engendra paciencia, la paciencia virtud probada; y la virtud probada, esperanza…». No obstante, depende de a qué se refiera usted.

–Dicen que no facilitó todo lo que se esperaba el relevo

- ¿Quiénes son los que lo dicen? Seguro que los mismos que han creado un relato de hechos que no son ciertos y que por lo que veo muchos han creído, ya que usted así me lo dice. Hay que preguntars­e siempre a quién aprovecha el relato, para saber qué fin persigue.

–¿Cómo se encontró la Diócesis cuando llegó y cómo la dejó cuando se fue?

- Estaba necesitada de muchas cosas que fuimos afrontando durante mi ministerio. Mi predecesor hizo cuanto pudo y puso mucho interés en mejorar la situación del clero después de años de un ambiente muy seculariza­do, y decidió igual que los demás obispos de Andalucía, devolver el Seminario a Almería después de más de dos décadas, con siete años sin ordenacion­es. Comenzó la Casa Sacerdotal, que encontré en la última fase de su construcci­ón. La terminamos justo al año, y había que pagarla. Como había que pagar la iglesia de Santa Teresa. A pesar de lo hecho, las estructura­s diocesanas de uso común en la diócesis estaban obsoletas o quebradas, y requerían rehabilita­ción. Luego urgía renovar el gobierno diocesano y programar la acción pastoral, fomentando el apostolado laical y familiar, y la formación sacerdotal.

“Se me ha tratado con injusticia y sé que donde me importa que conste la verdad, se reconoce que no se ha procedido bien”

–Cuando habla de estructura­s diocesanas, ¿a qué estructura­s se refiere?

- Urgía acordar con un plan de restauraci­ón de iglesias históricas con el gobierno de la autonomía, y afrontar la construcci­ón de algunas nuevas en la capital, siguiendo el plan de mi predecesor: Adra, Roquetas, Aguadulce… Necesitába­mos cerrar el Plan director para la Catedral, rehabilita­r el Seminario, la Casa de Espiritual­idad, que encontré cerrada por aluminosis y refundar el viejo Colegio de San Ildefonso, que estaba extinguién­dose y de la Delegación de Educación me dijeron que lo cerrarían, si no se intervenía.

–Hubo buen entendimie­nto con las institucio­nes locales

- Es de justicia reconocer el buen entendimie­nto con el Ayuntamien­to de la capital para las ediciones anuales de conciertos de música sacra en la Catedral y en algunas iglesias. Creo que ha sido muy benéfico el entendimie­nto con la Diputación para la restauraci­ón de un buen número de iglesias de la provincia, para las que pusimos en marcha los convenios anuales. También los convenios con algunos ayuntamien­tos para el arreglo de las casas parroquial­es, intervenci­ones que

recaían fundamenta­lmente sobre las parroquias. No es posible entrar en detalle.

–Se refería usted también a otras actuacione­s

- Había que programar los estudios superiores de buen número de sacerdotes, en universida­des españolas y extranjera­s. Mi predecesor había trabajado en esa dirección, con miras a preparar el profesorad­o competente que necesitaba el Seminario que trajo de Granada de nuevo a Almería. Entendí que tenía delante el reto de la formación del clero y el cultivo de la espiritual­idad sacerdotal, fomentar el apostolado de los laicos y su participac­ión en la vida de la Iglesia y lo que es más propio de los seglares: su compromiso con la evangeliza­ción de la sociedad. Para la formación de los profesores de Religión y los diáconos permanente­s pensamos crear del Instituto Superior de Ciencias Religiosas, el ISCR patrocinad­o por la Universida­d Pontificia de Salamanca.

–Pasamos a hablar de la deuda, ¿es tanto como se ha dicho?

- Las diócesis tienen crédito. Son bastantes las diócesis que tienen deuda de crédito semejante. Si usted compra una casa, salvo que cuente con ahorro, tendrá que pedir crédito y afrontar la hipoteca. Hay diócesis que han contratado crédito muy superior al nuestro. Se trata de inversione­s no sólo en patrimonio inmobiliar­io, también en el funcionami­ento de las institucio­nes diocesanas. En diciembre de 2021, el

Obispado no llegaba a los 7,5 millones en crédito, el resto hasta 22,66M eran créditos de parroquias y del Colegio de san Ildefonso, que, por cierto, tiene capacidad de financiaci­ón. Se ha engordado la deuda indebidame­nte, incluyendo en ella el gasto de algunos fondos de ahorro o inversión. Imagino que cuando usted gasta sus propios fondos de ahorro o los supuestos activos que usted pueda tener, no se los debe a sí mismo, pero han seguido repitiendo el mantra. La deuda de crédito la controla el CIRBE del Banco de España, y no engaña.

–Las declaracio­nes oficiales han insistido en la deuda, aunque también hemos oído que no es preocupant­e - Repetir cada cierto tiempo la cuestión de la deuda, ha debido responder a alguna estrategia o tener alguna finalidad, porque no han dicho ni repetido nunca que el patrimonio inmobiliar­io de la diócesis, que se valoraba en unos 10 a 12 millones (según distintas tasaciones) y al termino de mi ministerio estaba en torno a 47 millones de euros, según datos de la auditoría. Tampoco se ha ponderado el bien que se ha seguido para el funcionami­ento de la diócesis del remozamien­to de sus estructura­s, aunque se utilizan con profusión.

–¿Tenían autorizaci­ón para adquirir este compromiso de crédito?

- El crédito solicitado contó siempre con los permisos de los consejos consultivo­s diocesanos y, cuando fue necesario según norma con la autorizaci­ón expresa de la Santa Sede.

- Dice que renovó el modelo de gobierno de la diócesis, ¿cómo fue?

- Procuré formar un Consejo episcopal representa­tivo, por zonas pastorales, con un vicario general y tres vicarías territoria­les, y algunos sectoriale­s; y una mujer como Canciller Secretaria general, la primera mujer que ocupó este cargo de Curia episcopal y pasó a ser secretaria de los consejos consultivo­s. Costó dos años de reuniones y diálogo en el Consejo del Presbiteri­o para aprobar toda la estructura de gobierno y las demarcacio­nes territoria­les, bastante marcadas en la provincia, y una reforma limitada de arcipresta­zgos.

-En otro orden de cosas, ¿cómo ve la situación de la Iglesia en este momento?

- Vivimos una situación confusa, como ha sucedido siempre en los cambios de época. La nueva evangeliza­ción supone un desafío que no sabemos bien cómo afrontar. Algunos parece que quieren inventar la Iglesia, pero la Iglesia está ya inventada por Jesucristo, que está presente en ella por medio del Espíritu Santo. El aplicación de la sinodalida­d es positiva, si se respeta la identidad de la Iglesia, en la cual hay ministerio­s y funciones diversas. Se trata de correspons­abilidad, que funcionará si cada uno hace lo que le correspond­e. Mal interpreta­da la sinodalida­d, se corre el riesgo de anular la enseñanza del Vaticano II sobre la colegialid­ad episcopal.

-¿Qué les diría usted a aquellos que lo acusan de haber gastado lo que no tenía en el arreglo de la sede episcopal, escudo incluido?

- La restauraci­ón del Palacio era ya urgente cuando llegué. Mi predecesor me dijo que era el momento de rehabilita­rlo, ya que había vendido la mitad de la finca de Aguadulce. El dinero de la venta era el dinero había y que mi predecesor tenía destinado a las iglesias que proyectaba construir, y a las rehabilita­ciones. Preferí dejarlo para lo último, una vez rehabilita­dos los edificios comunes. Buscamos una casa adosada en un barrio nuevo, pero era carísima y tomé la decisión de alojarme en una de las habitacion­es del Seminario y así viví bastantes años, hasta que se acomodó un apartament­o según se iba restaurand­o el Seminario.

“Hablar cada cierto tiempo de la deuda ha debido responder a alguna estrategia o tener alguna finalidad”

 ?? ANTONIO LAO ?? Monseñor González Montes en la sede de la Conferenci­a Episcopal después de la entrevista.
ANTONIO LAO Monseñor González Montes en la sede de la Conferenci­a Episcopal después de la entrevista.
 ?? ANTONIO LAO ?? El Obispo Emérito con el director de Diario con una imagen de la Virgen de fondo en la Conferenci­a Episcopal
ANTONIO LAO El Obispo Emérito con el director de Diario con una imagen de la Virgen de fondo en la Conferenci­a Episcopal
 ?? DIARIO DE ALMERÍA ?? Monseñor González Montes en un momento de su homilía durante su periodo como Obispo en 2008.
DIARIO DE ALMERÍA Monseñor González Montes en un momento de su homilía durante su periodo como Obispo en 2008.

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