PP y Cs aceleran su negociación para controlar el Parlamento
Tras los primeros contactos en Madrid, las conversaciones entre populares y naranjas se intensificarán la semana próxima para que el acuerdo esté esbozado para el 27 de diciembre
pisen el acelerador de unas negociaciones que tienen una fecha marcada en el calendario: la del 27 de diciembre, día de la sesión constitutiva del Parlamento de Andalucía en la XI Legislatura. Mientras los candidatos aprovechan el puente de la Inmaculada para tomarse unos días de asueto, en Madrid son Teodoro García Egea y José Manuel Villegas quienes esbozan el acuerdo andaluz. Los secretarios generales de PP y Ciudadanos, respectivamente, se vieron el miércoles, después de la reunión de la dirección naranja y antes de los fastos por el 40 aniversario de la Constitución de 1978.
Por el momento no hay equipo negociador en Andalucía y existe la posibilidad de que tenga un papel meramente testimonial si el acuerdo llega con la celeridad que llevan por ahora las negociaciones. Las prisas responden al interés que tienen PP y Cs por ejercer su mayoría –de la mano de Vox– en la elección del presidente del Parlamento y los miembros de la Mesa de la Cámara, el órgano que controla el funcionamiento del legislativo andaluz.
Los populares son veteranos y en Ciudadanos han sido testigos privilegiados –cuando no cómplices– del control que el PSOE ha hecho de la Mesa en los últimos tres años y medio pese a no disfrutar de la mayoría absoluta. Si Juan Pablo Durán, en connivencia con Díaz, ha marcado los tiempos parlamentarios ha sido gracias al desacuerdo de la oposición, que, en abril de 2015, no fue capaz de imponer su mayoría para quitarle al PSOE el control de la Mesa de la Cámara.
Eso es lo que quieren evitar populares y naranjas, conscientes de que sus 47 escaños son tres menos que los 50 que suman PSOE y Adelante Andalucía. Ahí radica la importancia de Vox. PP y Ciudadanos no sólo deben llegar a un acuerdo entre ellos, algo fácil si se miran sus programas electorales y se atiende a la buena sintonía entre los candidatos. También deben atraerse a los 12 diputados del partido de Santiago Abascal, antes de ese 27 de diciembre que marcará el funcionamiento de la legislatura. Vox ha hecho ya peticiones como cerrar Canal Sur y cambiar el Estatuto, pero Moreno y Marín no tendrán que llegar tan lejos para ganarse el apoyo de Francisco Serrano.
La lógica dice que finalmente será el líder popular quién se siente en el sillón de San Telmo, lo que hace a los naranjas ganar enteros para quedarse con la jefatura del antiguo hospital de las Cinco Llagas. Hay quien ya mira incluso a la almeriense Marta Bosquet o al onubense Julio Díaz, que ya presidió la comisión de investigación sobre los cursos de formación en la extinta legislatura. En las filas populares hay también diputados experimentados que encajarían perfectamente en este papel de árbitro parlamentario. El nombre de Esperanza Oña destaca entre todos, pues ha sido vicepresidenta de la Cámara en los últimos años y tiene tablas para manejar el legislativo.
El elegido será quien decida una fecha crucial en la conformación del futuro Gobierno de la Junta. Es el presidente del Parlamento quien fija la fecha para el debate de investidura después de consultar con los líderes de los grupos y dilucidar quién puede tener los apoyos suficientes para llegar a San Telmo. En la historia del autonomismo andaluz ha habido nueve jefes de la Cámara, ocho de ellos socialistas. De media, tardan 14,5 días en colocar el Pleno de investidura desde la conformación del Parlamento.
Al final de todos los procesos de investidura acabó gobernando el PSOE, pero el tiempo que los presidentes de la Cámara se toman para fijar la fecha varía desde los 23 días de la I Legislatura a los siete de la II y la III. Los socialistas tenían la mayoría absoluta en los tres casos. En la IV Legislatura, la de la pinza de Javier Arenas y Luis Carlos Rejón, el izquierdista Diego Valderas se tomó dos semanas para colocar el debate de investidura. Después el PSOE sólo logró la mayoría absoluta una vez, en 2008, y entonces Fuensanta Coves se tomó 13 días para fijar el Pleno. El resto de presidentes se tomaron más tiempo, aunque el reglamento de la Cámara establece que deben proponer a un candidato –y una fecha– en menos de 15 días desde la sesión constitutiva.
Los 12 votos de Vox serán decisivos en la elección del presidente de la Cámara