El prófugo de la matanza de Atocha vivió en Brasil con nombre falso dos décadas
Carlos García se movió desde 1994 además por Bolivia, Chile, Argentina y Venezuela
El español Carlos García Juliá, detenido en Sao Paulo por su participación en el atentado de 1977 contra un despacho de abogados en Madrid, vivía en Brasil desde hacía casi dos décadas, era conductor de Uber y se escondía bajo una identidad falsa venezolana, informaron ayer fuentes policiales a Efe.
García Juliá, quien cumplió en España 14 de los 193 años de prisión a los que fue condenado, fue arrestado este miércoles por las autoridades brasileñas cuando salía de su casa, en el barrio de Barra Funda, y no ofreció resistencia, según explicó la Policía Federal brasileña en una rueda de prensa conjunta con representantes de la Policía Nacional de España.
El español llegó a Brasil en 2001 por Pacaraima, una empobrecida ciudad del estado brasileño de Roraima y fronteriza con Venezuela, pero tan sólo solicitó su registro de extranjero en 2009, cuando se presentó como Genaro Antonio Materán, de nacional venezolana.
Las autoridades brasileñas, sin embargo, comenzaron a desconfiar después de que no renovara sus documentos, una pista que llevó esta semana a su detención a las puertas del domicilio de su pareja.
El antiguo militante de Fuerza Nueva cumplió 14 de los 193 años de prisión a los que fue condenado en 1980 por cinco asesinatos y cuatro intentos de homicidio en el despacho laboralista de Comisiones Obreras, en el número 55 de la calle Atocha.
En 1994, tras cumplir 14 años de pena, García Juliá recibió un permiso para viajar a Paraguay por una oferta de trabajo, pero la decisión fue revocada poco después y España solicitó su regreso inmediato para terminar de cumplir la pena.
El condenado, de 63 años y que tenía 24 cuando cometió la matanza, desapareció e inició entonces un periplo de fugas por Latinoamérica.
Desde su desaparición en Bolivia, donde vivió un tiempo y había sido encarcelado por un delito relacionado con el narcotráfico, se detectó su presencia en Chile, Argentina, Venezuela y Brasil, por donde se movía al disponer de documentación a nombre de otras personas, indicó la Policía española.
Fueron asesinados tres abogados, un estudiante de Derecho y un administrativo. La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, formaba parte del despacho de abogados pero no estaba allí en el momento de la matanza.