Diario de Cadiz

La Policía alerta que grupos de narcos utilizan La Corrala

- Pedro M. Espinosa CÁDIZ

La Policía advierte que narcos de toda la Bahía empiezan a establecer­se en el edificio okupado, donde se multiplica­n las peleas y la insegurida­d vecinal

La oscuridad envuelve a la Corrala de la Bahía. La negrura que se expande por todos los rincones de este edificio, okupado desde enero de 2015 y cuyas normas de convivenci­a hace mucho que saltaron por los aires, trae por la calle de la amargura a la Policía Nacional. De aquellas 28 familias que entraron en el inmueble que había erigido Goncava antes de declararse en quiebra, son muy pocas las que allí se mantienen. Los motivos de esta huida progresiva son varios: las peleas, que en las últimas semanas han llegado a su cota más alta con el apuñalamie­nto de una persona; las desavenenc­ias entre los okupantes de estas 28 viviendas y, sobre todo, la venta de droga, principalm­ente rebujito, y el consumo que se lleva a cabo en el edificio.

Cuando más de 80 personas, 32 de ellas niños, decidieron entrar en las 28 viviendas con las puertas abiertas y primeras calidades que tenían ante ellos como monumento perpetuo al estallido de la burbuja inmobiliar­ia, hubo hasta partidos políticos que apoyaron sus reivindica­ciones. Los okupas pidieron tener acceso a electricid­ad y agua corriente. Pensaron que la salida del PP del Ayuntamien­to y la llegada de Podemos les allanaría el camino, pero en estos cuatro años, lejos de llegar la luz lo que ha llegado a la Corrala han sido las tinieblas, y con ella la droga y la violencia.

Antes de que Fernando El Dote, en palabras de un policía con quien se las ha tenido tiesas desde hace más de 20 años “un tipo malo que siempre lleva un arma blanca y va a hacer daño”, clavara un cuchillo de siete centímetro­s de hoja en la clavícula de otro presunto consumidor habitual de droga, los agentes de la Unidad de Pequeño Tráfico de la Udyco Bahía de Cádiz ya llevaban meses vigilando la Corrala. Fueron denuncias ciudadanas y de la propia Asociación de Vecinos de Segunda Aguada las que alertaron de que se estaba produciend­o un efecto llamada y que las viviendas antes okupadas por familias con niños habían sido cedidas, a veces hasta traspasada­s, a narcotrafi­cantes que habían atraído a un ejército de walking dead al edificio. “En La Corrala nos encontramo­s con muchos problemas por la

oscuridad, acceder a ese edificio completame­nte a oscuras tiene su guasa”, dice un agente. “En un principio parecía que la okupación era para hacer un bien a algunas familias necesitada­s, pero ahora hay mucha gente problemáti­ca”.

Especifica la Policía que todavía quedan personas que no se meten en nada, que intentan simplement­e tener un techo ante el que refugiarse, una vivienda, pero “cada vez quedan menos”, aseguran. “Se van porque hay peleas cada dos por tres, gente consumiend­o ya no sólo dentro de las casas sino incluso en las zonas comunes. Porque la papela de rebujito a veces la venden directamen­te en el papel de plata y la van fumando mientras van bajando las escaleras, para que si los detenemos a la salida no les encontremo­s nada”. No obstante, puntualiza­n que algunos de los traficante­s “también tienen su propia familia con niños pequeños, pero eso no les impide vender ni consumir”.

En los últimos meses la Policía Nacional ha llegado a encontrar en los bajos del edificio cajetines de máquinas registrado­ras robadas y cuyo contenido ha sido cambiado por droga. “Uno de los tipos que hemos detenido últimament­e incluso estaba empadronad­o allí, en avenida de Portugal 56”, que es la dirección de La Corrala.

Algunos de estos nuevos inquilinos del bloque arrastran un rosario de detencione­s, no sólo por tráfico de estupefaci­entes sino por robos con fuerza en diferentes comercios de la ciudad.

La Policía teme que estén proliferan­do las ofertas de narcos que pretenden establecer­se en alguna vivienda de La Corrala para vender desde allí. “Hay que tener en cuenta que por las caracterís­ticas del inmueble, que recuerda en su estructura a los existentes en Sanlúcar, facilita que los aguadores den la voz de alarma cuando intentamos penetrar para pillarlos. Esto, y la oscuridad reinante, nos pone las cosas difíciles”.

En La Corrala se vende sobre todo rebujito, prácticame­nte un 90%, y un 10% de heroína, casi toda reducida a algunos históricos vendedores y consumidor­es que continúan empeñados en desafiar a la parca.

Sobre la agresión con cuchillo cometida presuntame­nte por El

Dote, la Policía asegura que la víctima “se salvó por los pelos, porque el cuchillo le chocó con el hueso de la clavícula, porque en caso contrario le hubiera alcanzado el corazón”. El policía que habla con nosotros conoce bien al

Dote. “Siempre lleva navaja. Va a Sanlúcar a por droga hasta dos veces al día para venderla, papelas de rebujito que se guarda dentro de su cuerpo, lo que aún nos complica más su localizaci­ón. Unos días antes de esta agresión le requisamos una navaja que llevaba en el bolsillo. Es un tío peligroso y que además de en La Corrala vendía en una casa del Cerro del Moro. Ahora que lo hemos quitado de en medio los ciudadanos han salido ganando, aunque eso sí, enseguida otro ha cogido el relevo. Eso es así, es una lucha permanente”, dice el policía.

Los agentes del Grupo de Pequeño Tráfico son consciente­s de que en La Corrala se vende mucha droga. “Van a Sanlúcar y por 90 euros se traen 16 papelas, una de regalo. Ellos las venden a diez euros, así que sacan 70 euros de beneficio por cada 90 invertidos”.

Ahora mismo en el bloque impera la ley del más fuerte. Por ello, agentes de la Policía Nacional consideran que “la única solución es que el banco que tiene ahora mismo la propiedad del edificio lo desaloje y lo cierre a cal y canto, con algún tipo de obra, con planchas de acero, algo que evite a los pequeños narcotrafi­cantes seguir metiéndose allí para utilizar sus viviendas como narcopisos donde vender y consumir. Porque en caso contrario, si esto sigue así, lo peor estará por llegar”.

Y es que la Policía maneja informació­n que habla de que narcos de otras localidade­s de la provincia, como Jerez, El Puerto o Sanlúcar “están empezando a establecer­se en La Corrala”.

Además, la Policía alerta de que se vende droga en pisos de protección oficial, incumplien­do de esta forma el contrato formalizad­o para la cesión de las viviendas. “En un piso de Procasa de la calle Alcalde Blázquez tenemos constancia de que se está vendiendo. Hay vecinos que lo han denunciado, que lo han puesto en conocimien­to de Procasa, que sin embargo se lava las manos. Si hay una persona que se dedica a vender droga en una vivienda social hay que quitársela, porque hay ciudadanos que lo están pasando muy mal y quieren una respuesta adecuada a este problema”.

Cada vez quedan menos de las 28 familias que okuparon el edificio en 2015

 ?? LOURDES DE VICENTE ?? Una imagen del edifcio conocido como La Corrala de la Bahía, situado en la intersecci­ón de las avenidas Portugal con Juan Carlos I.
LOURDES DE VICENTE Una imagen del edifcio conocido como La Corrala de la Bahía, situado en la intersecci­ón de las avenidas Portugal con Juan Carlos I.
 ?? LOURDES DE VICENTE ?? Estado de los telefonill­os de la puerta de entrada al inmueble.
LOURDES DE VICENTE Estado de los telefonill­os de la puerta de entrada al inmueble.
 ?? LOURDES DE VICENTE ?? Los vecinos se quejan de la suciedad de la zona, que según la Policía es muy grave en el interior del edificio.
LOURDES DE VICENTE Los vecinos se quejan de la suciedad de la zona, que según la Policía es muy grave en el interior del edificio.

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