ESFUERZOS Y RECOMPENSAS
LE faltó al Cádiz la guinda de pasar de ronda en Copa tras siete partidos consecutivos ganando, seis en Liga y uno en competición copera. La derrota casi se puede considerar justa puesto que si bien se dio una cara extraordinaria y se tuvieron muchas ocasiones, tampoco es menos cierto que el Espanyol pudo marcar unos cuantos si no es por los paradones de David Gil. Al Cádiz le falto matar el partido en algunas de las que tuvo, con el 00, y lo acabó pagando. Pero con la cara bien alta y dando una imagen de seriedad máxima. Y, por buscarle algo bueno a la eliminación copera, a partir de ahora nos centramos en la Liga que es lo que nos importa. En Zaragoza se volvió a hacer un partidazo, con una seriedad defensiva imponente y un juego preciso que invita a soñar con todo. Y todo es todo. Y una ventaja añadida a esta impresionante racha cadista es que ni sumando 18 puntos de 18 está en zona de play-off. Digo ventaja porque prefiero a estas alturas estar ahí al acecho que metido en la zona noble. En zona de promoción se obliga uno a defender la plaza, mientras que estar fuera de ella te obliga a ponerte el mono de trabajo todas las semanas para seguir metiéndote. La temporada pasada nos mató la autoconfianza de que nos meteríamos pasara lo que pasara y de los errores se debe aprender. Pero si nos metemos arriba, lógicamente, tampoco le vamos a hacer ascos. Y eso puede suceder hoy, matemáticamente, si le ganamos al Rayo Majadahonda. Pero ojo, porque el partido tiene gato encerrado. Los madrileños están lejos de ser la bicoca que se presuponía al inicio de la temporada y han ganado a rivales de mayor poderío como Numancia, Nástic, Almería, Oviedo, Lugo y Sporting, y empates serios ante Deportivo y Osasuna. Curiosamente, la mayor derrota se la ha endosado en casa otro recién ascendido, el Extremadura, así que bromas las precisas. Partido trampa, de esos que parecen ideales para exhibirte y seguir sacando pecho y te puedes volver al vestuario con el rabo entre las piernas. Así que se hace bien en rebajar un poco la euforia y, como siempre, el primero en hacerlo ha sido Álvaro Cervera, que avisa a los suyos y todos los demás del peligro del rival de hoy. Y sobre todo, el técnico cadista vuelve a dejar en cada rueda de prensa un nuevo capítulo de su manual de funcionamiento: El fútbol no es diversión, sino trabajo y sacrificio. El que lo coja ‘pa’ él. Más claro, agua.
Dar una buena imagen da alas pero lo que da puntos es el sacrificio. Cervera aplica a su ideario la vieja idea de que para encontrar “éxito” antes de “trabajo” hay que irse al diccionario. Si el Cádiz sigue en esta línea de juego y esta mentalidad de sacrificio, no hace falta ser Rappel para saber que va a llegar muy, muy lejos. Cierto es que esto va por rachas y que las pájaras anidan en los lugares más insospechados esperando a coger a algún incauto desprevenido. Por eso es más importante que nunca tener los cinco sentidos puestos en cada partido. Si no se nos olvida… nos vamos a divertir tela.
Si el Cádiz sigue en esta línea de juego y de mentalidad, va a llegar muy lejos