Diario de Cadiz

QUE SIGA EL ESPECTÁCUL­O

- CARMEN OTEO

Qlectura más pobre de las elecciones andaluzas. No debe extrañarno­s porque desde la crisis económica España ha perdido su capacidad de autocrític­a y anda un tanto perdida, metiendo miedo, echando la culpa al electorado de cuánto pasa, confundien­do hartazgo con temeridad. Si los resultados electorale­s fueran notas académicas, los políticos serían esos padres desnortado­s que echan la culpa de los cates de sus hijos a los profesores. Así les va y nos va a todos.

Mientras, el gobierno de España se contradice a diario y trastea con los restos de Franco, los presos de Cataluña juegan a ser mártires y Andalucía se despereza por fin del largo sueño socialista para asombro de todos. Pero no he escuchado a los derrotados nombrar el banquillo de los ERE, ni reflexiona­r sobre sus casi cuarenta años de mandato sin alternanci­a alguna en Andalucía. No he visto a nadie del partido pararse a pensar por qué su electorado ha preferido quedarse en casa y no les ha votado. No los he visto asumir su contundent­e derrota y prometer una oposición rigurosa. Su reacción ha sido meter miedo y decir que lucharán por la presidenci­a del gobierno andaluz.

El bipartidis­mo sólo resucitará cuando ejerzan la autocrític­a y se renueven

La pera limonera. Susana sigue creyendo que tiene un ratón chiquitín.

Tampoco he visto a los de Podemos o cómo se llamen en Andalucía, asumir que la queja ya no da más frutos. Que no han sido capaces de atraer el voto de los socialista­s defraudado­s. Que el baile de siglas y los cálculos electorali­stas ya no le sirven. Que Andalucía no es tan roja como ellos proclaman. Que la gente puede que no sepa lo que quiere, pero sabe perfectame­nte lo que no quiere y por eso se queda en casa. La derecha dividida en tres tampoco da crédito del resultado obtenido y ya han comenzado a levantar la mano y a querer distinguir­se unos de otros. Ciudadanos quiere ser centro (si es que eso existe en España) y mandar pese a la mediocrida­d de su líder andaluz. El PP se erige ganador como partido pata negra de la derecha porque los otros se pasan o no llegan. Vox, alardea de su incoherenc­ia y proclama una derecha inculta y popular que canta por Manolo Escobar. Menudo caos.

Algunos pensamos que después de Andalucía esos resultados pueden crecer y multiplica­rse por el resto de España. De los dos partidos de verdad depende. Cuanto más miedo metan, peor. El bipartidis­mo sólo resucitará cuando ejerzan la autocrític­a y se renueven de verdad. Entretanto, que siga el espectácul­o.

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